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Abstract
En esta conversación con Humberto Beck, profesor de El Colegio de México, la filósofa política Cristina Lafont, autora de Democracia sin atajos: una concepción participativa de la democracia deliberativa (España, Trotta, 2021), hace una defensa de la democracia como una forma de autogobierno que se materializa cuando todos los ciudadanos tienen posibilidades de formarse una opinión informada sobre cuestiones colectivas fundamentales, influir en las decisiones políticas que afectan sus vidas y disputar aquellas decisiones que transgredan sus derechos, aun cuando éstas puedan gozar del respaldo de la mayoría. Discípula de Jürgen Habermas y profesora del departamento de filosofía de la Universidad de Northwestern, Lafont examina las debilidades de propuestas políticas, tanto populistas como tecnocráticas, que se presentan como “atajos” a la democracia. En contraposición, adelanta una visión fundada en el ejercicio participativo de la democracia deliberativa. En esta concepción, la legitimidad democrática no surge espontáneamente de la aritmética de los votos ni de la toma de decisiones correctas por una minoría informada, sino del debate en una esfera pública en la que los ciudadanos, en pleno uso de sus libertades, exponen sus posturas, tratan de persuadirse mutuamente y asumen la obligación de justificar frente a sus conciudadanos aquellas decisiones que los obligarán por igual. Sin ignorar los problemas de las democracias contemporáneas, Lafont reivindica instituciones como las elecciones, los partidos políticos y la revisión judicial de las decisiones tomadas por poderes mayoritarios, al tiempo que discute las fallas de nuevas propuestas, aparentemente democráticas, que invocan la deliberación entre la ciudadanía, pero restringen su participación masiva. En última instancia, concluye, todos estos atajos son espejismos. Para preservar la democracia y mejorar la vida en común, no existe sustituto a la ardua labor política de convencer y razonar entre iguales.