A. Domínguez, C. Navarro, Esteban Zirulnik, M. Noceti
{"title":"Bruceloma hepático. Manifestación infrecuente de una enfermedad endémica","authors":"A. Domínguez, C. Navarro, Esteban Zirulnik, M. Noceti","doi":"10.1055/s-0039-3399549","DOIUrl":null,"url":null,"abstract":"Estimados editores: La brucelosis es la zoonosis más frecuente en el mundo, con aproximadamente 500.000 nuevos casos reportados anualmente.1 Presenta afinidad por el sistema reticuloendotelial y suele cursar con afectación difusa del parénquima hepático, siendo el bruceloma una manifestación infrecuente, que ocurre en aproximadamente el 1% de los pacientes.2 Se presenta el caso de un varón de 44 años de edad, que consultó por fiebre de origen desconocido de dos semanas de evolución. El laboratorio reveló un aumento de enzimas hepáticas e incremento en los reactantes de fase aguda. La fórmula leucocitaria se encontraba dentro de los normales. Con esos hallazgos se solicitó un ultrasonido, que reveló la presencia de una imagen hipoecoica de comportamiento expansivo en el segmento lateral del lóbulo hepático izquierdo. Se decidió avanzar en la caracterización mediante resonancia magnética (RM) de abdomen, donde se observó una imagen expansiva predominantemente sólida con un área central líquida. El componente sólido se mostraba levemente hipointenso en imagen ponderada en T1, con realce arterial en las series post contraste y persistencia del realce en los cortes tardíos, observándose además un fino halo periférico que mostraba captación progresiva del medio de contraste, probablemente por fibrosis (►Fig. 1). El área central líquida se mostraba hiperintensa en imagen ponderada en T2 y DWI, con caída de la señal en el mapa ADC, atribuible a contenido purulento (►Fig. 2). Como antecedente relevante, el paciente refirió que convivía con un perro encontrado en la calle desde aproximadamente un mes antes de comenzar con los síntomas, hecho que resultaría clave en la resolución del caso. Con esos hallazgos, se planteó la posibilidad de un absceso hepático versus un tumor abscedado, debido al gran componente sólido de la lesión. Se decidió colocar un drenaje externo con guía tomográfica con el propósito de descartar una zoonosis vinculada al contacto reciente, extrayéndose material purulento. Los cultivos revelaron la presencia del microorganismo Brucella Canis. Se realizó esquema de antibioticoterapia específica con adecuada respuesta al cabo de dos meses de tratamiento, observándose en la RM de control una imagen con aspecto secuelar (►Fig. 3). La brucelosis es una infección granulomatosa crónica generada por un cocobacilo gram-negativo, que puede comprometer a seres humanos por diferentes vías, que tienen en común la afectación de animales domésticos que sirven de reservorio: una de ellas es la ingestión de alimentos contaminados, habitualmente leche o sus derivados no pasteurizados (especialmente Brucella Mellitensis). Otra es por vía inhalatoria, la cual tiende a presentarse con mayor frecuencia en los meses de primavera/verano (periodo de reproducción) y por último, por contacto directo con secreciones de un animal infectado (semen, sangre, orina, heces, etc.).3 El sitio de compromiso más frecuente es el sistema osteoarticular, siendo el bruceloma hepático una manifestación extremadamente infrecuente, que se presume vinculada a la infección persistente de los macrófagos, causando una necrosis caseosa del tejido granulomatoso.4 El aspecto imagenológico es el de una lesión pseudotumoral, habitualmente cavitada, que presenta típicamente una calcificación central, ese último hallazgo ausente en nuestro caso.4,5","PeriodicalId":38131,"journal":{"name":"Revista Argentina de Radiologia","volume":"84 1","pages":"036 - 038"},"PeriodicalIF":0.0000,"publicationDate":"2019-12-20","publicationTypes":"Journal Article","fieldsOfStudy":null,"isOpenAccess":false,"openAccessPdf":"https://sci-hub-pdf.com/10.1055/s-0039-3399549","citationCount":"0","resultStr":null,"platform":"Semanticscholar","paperid":null,"PeriodicalName":"Revista Argentina de Radiologia","FirstCategoryId":"1085","ListUrlMain":"https://doi.org/10.1055/s-0039-3399549","RegionNum":0,"RegionCategory":null,"ArticlePicture":[],"TitleCN":null,"AbstractTextCN":null,"PMCID":null,"EPubDate":"","PubModel":"","JCR":"Q4","JCRName":"Medicine","Score":null,"Total":0}
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Abstract
Estimados editores: La brucelosis es la zoonosis más frecuente en el mundo, con aproximadamente 500.000 nuevos casos reportados anualmente.1 Presenta afinidad por el sistema reticuloendotelial y suele cursar con afectación difusa del parénquima hepático, siendo el bruceloma una manifestación infrecuente, que ocurre en aproximadamente el 1% de los pacientes.2 Se presenta el caso de un varón de 44 años de edad, que consultó por fiebre de origen desconocido de dos semanas de evolución. El laboratorio reveló un aumento de enzimas hepáticas e incremento en los reactantes de fase aguda. La fórmula leucocitaria se encontraba dentro de los normales. Con esos hallazgos se solicitó un ultrasonido, que reveló la presencia de una imagen hipoecoica de comportamiento expansivo en el segmento lateral del lóbulo hepático izquierdo. Se decidió avanzar en la caracterización mediante resonancia magnética (RM) de abdomen, donde se observó una imagen expansiva predominantemente sólida con un área central líquida. El componente sólido se mostraba levemente hipointenso en imagen ponderada en T1, con realce arterial en las series post contraste y persistencia del realce en los cortes tardíos, observándose además un fino halo periférico que mostraba captación progresiva del medio de contraste, probablemente por fibrosis (►Fig. 1). El área central líquida se mostraba hiperintensa en imagen ponderada en T2 y DWI, con caída de la señal en el mapa ADC, atribuible a contenido purulento (►Fig. 2). Como antecedente relevante, el paciente refirió que convivía con un perro encontrado en la calle desde aproximadamente un mes antes de comenzar con los síntomas, hecho que resultaría clave en la resolución del caso. Con esos hallazgos, se planteó la posibilidad de un absceso hepático versus un tumor abscedado, debido al gran componente sólido de la lesión. Se decidió colocar un drenaje externo con guía tomográfica con el propósito de descartar una zoonosis vinculada al contacto reciente, extrayéndose material purulento. Los cultivos revelaron la presencia del microorganismo Brucella Canis. Se realizó esquema de antibioticoterapia específica con adecuada respuesta al cabo de dos meses de tratamiento, observándose en la RM de control una imagen con aspecto secuelar (►Fig. 3). La brucelosis es una infección granulomatosa crónica generada por un cocobacilo gram-negativo, que puede comprometer a seres humanos por diferentes vías, que tienen en común la afectación de animales domésticos que sirven de reservorio: una de ellas es la ingestión de alimentos contaminados, habitualmente leche o sus derivados no pasteurizados (especialmente Brucella Mellitensis). Otra es por vía inhalatoria, la cual tiende a presentarse con mayor frecuencia en los meses de primavera/verano (periodo de reproducción) y por último, por contacto directo con secreciones de un animal infectado (semen, sangre, orina, heces, etc.).3 El sitio de compromiso más frecuente es el sistema osteoarticular, siendo el bruceloma hepático una manifestación extremadamente infrecuente, que se presume vinculada a la infección persistente de los macrófagos, causando una necrosis caseosa del tejido granulomatoso.4 El aspecto imagenológico es el de una lesión pseudotumoral, habitualmente cavitada, que presenta típicamente una calcificación central, ese último hallazgo ausente en nuestro caso.4,5