{"title":"La participación de las aristócratas en el diseño de las estrategias linajudas. Constanza de Ayala (†1472), señora de Oñate, y su herencia","authors":"Agurtzane Paz Moro","doi":"10.5209/ELEM.75385","DOIUrl":null,"url":null,"abstract":"Constanza de Ayala, nieta del Canciller Ayala, se convirtió en administradora del señorío de Oñate tras la prematura muerte de su esposo, Pedro Vélez de Guevara, quien la designó además como tutora y curadora de sus hijos menores. Durante su gobierno tuvo que afrontar un conjunto de dificultades que la consolidaron como una mujer de gran prestigio e influencia social. Al final de su vida, optó por establecer reparto equitativo entre sus tres hijos vivos: Iñigo, Isabel y María, otorgando a sus hijas las posesiones en las que disfrutaba de poder político. Esta decisión desagradó a don Iñigo, heredero del mayorazgo del linaje, cuya aspiración era aunar el conjunto patrimonial de sus progenitores. A consecuencia de ello, incoó los litigios que consideró oportunos para apoderarse de la herencia de su madre, fracasando en su intento. Así, este conflicto es el resultado de dos formas distintas de planificar las estrategias linajudas: la del primogénito varón, en beneficio de sí mismo; y la de la madre viuda, en defensa de su descendencia.","PeriodicalId":42932,"journal":{"name":"Espana Medieval","volume":"44 1","pages":"65-84"},"PeriodicalIF":0.3000,"publicationDate":"2021-04-09","publicationTypes":"Journal Article","fieldsOfStudy":null,"isOpenAccess":false,"openAccessPdf":"","citationCount":"1","resultStr":null,"platform":"Semanticscholar","paperid":null,"PeriodicalName":"Espana Medieval","FirstCategoryId":"1085","ListUrlMain":"https://doi.org/10.5209/ELEM.75385","RegionNum":0,"RegionCategory":null,"ArticlePicture":[],"TitleCN":null,"AbstractTextCN":null,"PMCID":null,"EPubDate":"","PubModel":"","JCR":"0","JCRName":"MEDIEVAL & RENAISSANCE STUDIES","Score":null,"Total":0}
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Abstract
Constanza de Ayala, nieta del Canciller Ayala, se convirtió en administradora del señorío de Oñate tras la prematura muerte de su esposo, Pedro Vélez de Guevara, quien la designó además como tutora y curadora de sus hijos menores. Durante su gobierno tuvo que afrontar un conjunto de dificultades que la consolidaron como una mujer de gran prestigio e influencia social. Al final de su vida, optó por establecer reparto equitativo entre sus tres hijos vivos: Iñigo, Isabel y María, otorgando a sus hijas las posesiones en las que disfrutaba de poder político. Esta decisión desagradó a don Iñigo, heredero del mayorazgo del linaje, cuya aspiración era aunar el conjunto patrimonial de sus progenitores. A consecuencia de ello, incoó los litigios que consideró oportunos para apoderarse de la herencia de su madre, fracasando en su intento. Así, este conflicto es el resultado de dos formas distintas de planificar las estrategias linajudas: la del primogénito varón, en beneficio de sí mismo; y la de la madre viuda, en defensa de su descendencia.