{"title":"Del posmodernismo al poshumanismo: presente y futuro del concepto de hibridez en la literatura latinoamericana","authors":"Nicolas Balutet","doi":"10.32735/s0718-2201202000050798","DOIUrl":null,"url":null,"abstract":"Para calificar la estética posmodernista, que responde a la entrada en la era posmoderna, marcada por la ausencia de una visión unitaria y global del mundo, los teóricos de los años 70 privilegiaron el concepto de “heterogeneidad”, que en la década siguiente y parte de los años 90, dejó paso al de “sincretismo”, “mestizaje” o “creolidad” (en las Antillas) (Amselle, 1990; Gruzinski, 1999). A partir de los años 90 y, sobre todo, desde la primera década del tercer milenio, el concepto de “hibridez” ocupa un lugar destacado debido, en parte, a la influencia de los estudios poscoloniales (Ashcroft, Griffiths y Tiffin, 1989, p. 118; Toro, 2009, p. 27). Uno de los primeros en utilizar dicho concepto, en 1990, fue el crítico cultural argentino Néstor García Canclini (2010), pero no profundizó en la hibridez de las obras literarias. Por consiguiente, es preciso definir, en primer lugar, esta noción proteiforme, utilizada en nuestros días en numerosos campos (nuevas tecnologías, biología, genética, estrategia, política, economía, management, informática, artes, etc.) (Herd, 2009, p. 7; Sécardin, 2008, p. 23; Budor y Geerts, 2004, pp. 8-9; Molinet, 2006; Gambier, 2011, p. 7). El término “hibridez” procede del latín ibrida, ‘sangres mezcladas’, alterado en hybrida por su similitud con el griego hybris, ‘exceso, violencia, orgullo, desmesura’ (Ezquerro, 2005, p. 9; Godin, 1996, p. 37; Ramos-Izquierdo, 2005, p. 61). Es una palabra tomada de los campos de la biología y la botánica, donde designa el “cruce de variedades, razas, especies diferentes” (Petit Robert 2010, 2009). El maíz, la nectarina, el mulo o el burdégano son algunos ejemplos de híbridos. Por extensión, el término significa comúnmente lo que “se compone de dos elementos de naturaleza diferente anormalmente reunidos; que participa de dos o varios conjuntos, géneros, estilos” (Petit Robert 2010, 2009). Este origen biológico y zoológico de la palabra explica que algunos investigadores","PeriodicalId":43217,"journal":{"name":"Alpha-Revista de Artes Letras y Filosofia","volume":"10 1","pages":"359-373"},"PeriodicalIF":0.1000,"publicationDate":"2020-07-10","publicationTypes":"Journal Article","fieldsOfStudy":null,"isOpenAccess":false,"openAccessPdf":"","citationCount":"0","resultStr":null,"platform":"Semanticscholar","paperid":null,"PeriodicalName":"Alpha-Revista de Artes Letras y Filosofia","FirstCategoryId":"1085","ListUrlMain":"https://doi.org/10.32735/s0718-2201202000050798","RegionNum":4,"RegionCategory":"社会学","ArticlePicture":[],"TitleCN":null,"AbstractTextCN":null,"PMCID":null,"EPubDate":"","PubModel":"","JCR":"0","JCRName":"HUMANITIES, MULTIDISCIPLINARY","Score":null,"Total":0}
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Abstract
Para calificar la estética posmodernista, que responde a la entrada en la era posmoderna, marcada por la ausencia de una visión unitaria y global del mundo, los teóricos de los años 70 privilegiaron el concepto de “heterogeneidad”, que en la década siguiente y parte de los años 90, dejó paso al de “sincretismo”, “mestizaje” o “creolidad” (en las Antillas) (Amselle, 1990; Gruzinski, 1999). A partir de los años 90 y, sobre todo, desde la primera década del tercer milenio, el concepto de “hibridez” ocupa un lugar destacado debido, en parte, a la influencia de los estudios poscoloniales (Ashcroft, Griffiths y Tiffin, 1989, p. 118; Toro, 2009, p. 27). Uno de los primeros en utilizar dicho concepto, en 1990, fue el crítico cultural argentino Néstor García Canclini (2010), pero no profundizó en la hibridez de las obras literarias. Por consiguiente, es preciso definir, en primer lugar, esta noción proteiforme, utilizada en nuestros días en numerosos campos (nuevas tecnologías, biología, genética, estrategia, política, economía, management, informática, artes, etc.) (Herd, 2009, p. 7; Sécardin, 2008, p. 23; Budor y Geerts, 2004, pp. 8-9; Molinet, 2006; Gambier, 2011, p. 7). El término “hibridez” procede del latín ibrida, ‘sangres mezcladas’, alterado en hybrida por su similitud con el griego hybris, ‘exceso, violencia, orgullo, desmesura’ (Ezquerro, 2005, p. 9; Godin, 1996, p. 37; Ramos-Izquierdo, 2005, p. 61). Es una palabra tomada de los campos de la biología y la botánica, donde designa el “cruce de variedades, razas, especies diferentes” (Petit Robert 2010, 2009). El maíz, la nectarina, el mulo o el burdégano son algunos ejemplos de híbridos. Por extensión, el término significa comúnmente lo que “se compone de dos elementos de naturaleza diferente anormalmente reunidos; que participa de dos o varios conjuntos, géneros, estilos” (Petit Robert 2010, 2009). Este origen biológico y zoológico de la palabra explica que algunos investigadores