La enfermedad periodontal es un factor de riesgo para la enfermedad de Alzheimer

Es bien conocido que, para poder comer, es necesario que el cerebro “mande” una señal que active los músculos de la masticación, la lengua, los carillos, etc.; sin embargo, recientemente se ha visto que las señales sensoriales de la mandíbula y los dientes también pueden afectar al cerebro. A esta comunicación bidireccional, entre el cerebro y las estructuras de la boca, se le ha denominado “eje cerebro-estomatognático” e incluye estructuras corticales, subcorticales y los diferentes componentes del sistema estomatognático: dientes, periodonto, lengua, músculos masticatorios, glándulas salivales, maxilares y articulación temporomandibular. Esta red de comunicación entre el cerebro y las estructuras del sistema estomatognático, además de ser bidireccional, es compleja.