{"title":"意识到加那利群岛的模糊性:曼努埃尔-阿莱曼的弗洛伊德-马克思主义反殖民主义","authors":"Roberto Gil Hernández","doi":"10.1080/14636204.2023.2272040","DOIUrl":null,"url":null,"abstract":"RESUMENPsicología del hombre canario (1980), de Manuel Alemán Álamo, es un libro indispensable para complementar la visión que en la actualidad se tiene del pensamiento y el activismo anticolonial. Con él, su autor inaugura la filosofía de la liberación en el Archipiélago Canario desde un enfoque que combina las tesis marxistas con el psicoanálisis freudiano. En este artículo se propone una genealogía crítica de su obra, la cual plantea sus límites a la vez que revindica su potencial para comprender la realidad de las Islas desde un punto de vista descolonial. A través del análisis de algunos de sus planteamientos fundamentales, como la negación de la africanidad de Canarias, el papel subalterno que este archipiélago ocupa en el sistema mundial capitalista o la incidencia que el racismo y el clasismo tienen en su sociedad, se evalúa críticamente el proceso de construcción de su conciencia e identidad colectivas. Se concluye afirmando que Alemán marca un antes y un después en el pensamiento canario, abriendo espacios inéditos para la reflexión y la praxis en un territorio cuyo futuro aún contempla la posibilidad de su descolonización.PALABRAS CLAVE: CanariasmarxismopsicoanálisiscolonialidadManuel Alemán AgradecimientosQuiero expresar mi gratitud a los investigadores Daniel Barreto y José Miguel Perera por su atenta lectura de este trabajo y las inestimables sugerencias que hicieron sobre sus contenidos. De manera especial, agradezco al Instituto Psicosocial Manuel Alemán y, particularmente, a su presidente, José Antonio Younis Hernández, Catedrático de Psicología Social de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, y a su Coordinadora de Investigación, María Antonia Medina Alemán, por acompañarme durante el proceso de escritura y, sobre todo, por su invaluable labor de defensa de la obra, la memoria y los fines que Manuel Alemán promulgó a lo largo de su vida.Disclosure statementNo potential conflict of interest was reported by the author(s).Notes1 Canarias se compone de ocho islas habitadas: La Graciosa, El Hierro, La Gomera, Lanzarote, La Palma, Gran Canaria, Fuerteventura y Tenerife. Están situadas al costado noroccidental de África y poseen importantes vínculos culturales con Latinoamérica, especialmente con el Caribe. Ello es debido a que la historia del archipiélago tiene numerosos elementos en común con dichos territorios, como que su conquista y colonización tuviera lugar durante el siglo XV o que las Islas sirvieron desde entonces como puesto avanzado para el flujo de bienes y población entre África, América y Europa. La presencia en ellas en distintos periodos de emisarios de los principales proyectos imperiales las ha convertido, como diría Juan Bosch, en una “frontera imperial” de Occidente en el Norte de África (ver Gil Citation2022, 34). En la actualidad, Canarias pertenece administrativamente al Reino de España y forma parte de la Unión Europea como una de sus regiones ultraperiféricas, pero también está integrada en la OTAN.2 Este recurso enfatiza la “atlanticidad” de Canarias a partir de su papel como plataforma del expansionismo europeo hacia África y América (véase García, Citation2022). Acerca de esta interconexión existe abundante bibliografía; entre otros trabajos pueden destacarse el de Pérez Flores (Citation2018) desde el discurso poscolonial antillano y el de Xiomara Núñez Rodríguez, quien acuña el término “canaribeñidad” (Citation2019). Ambos análisis resaltan críticamente las conexiones de las Islas con el proyecto descolonial latinoamericano y, aunque no niegan su africanidad, sí la descentran al sobredimensionar sus vínculos con realidades geográficas como la caribeña (ver Gil Citation2021, 23–28; Citation2022, 30–40).3 Entre los años sesenta y setenta del siglo XX, cobra protagonismo una corriente de estudio de la historia económica y social encabezada por autores de formación marxista como André Gunder Frank y Samir Amin. Los analistas del sistema-mundo, con Immanuel Wallerstein y Giovanni Arrighi a la cabeza, desarrollan sus planteamientos en estrecha relación con los postulados de la teoría de la dependencia y convierten sus trabajos acerca del capitalismo como totalidad histórica en referentes para la crítica global a los fundamentos de dicho modo de producción (ver Frank Citation1970; Amin Citation1974; Arrighi Citation1978; Wallerstein Citation1988). El papel de Canarias en tal engranaje ha sido ignorado en la mayoría de estos trabajos.4 Según Freud, el fetichismo es una forma de perversión que responde a la construcción de un objeto sustitutivo que permite desmentir un objeto faltante y, al mismo tiempo, reconocer su falta. La coexistencia de estas dos actitudes, una “acorde al deseo” y la otra “acorde a la realidad”, provoca una escisión que “se muestra en lo que el fetichista hace … con su fetiche” (1992, 148 y 151).5 La dependencia de Canarias de los imperios español y portugués determina que las Islas constituyan, entre los siglos XV y XVI, uno de los puertos esclavistas más importantes del noroccidente africano (Rodríguez Citation2016). Entre el siglo XVII y el XVIII, los imperios británico y holandés protagonizan distintos intentos de invasión de sus principales enclaves portuarios con el objetivo de controlar las rutas marítimas hacia África y América (Rumeu Citation1947). En el XIX, los intereses de los imperios británico y francés en el archipiélago impulsan su definición como “país tercero a efectos comerciales y de fiscalidad” a través de los puertos francos (Macías Citation2001, 499). Para los siglos XX y XXI, son las bases militares de la OTAN las que atestiguan la importancia que Canarias tiene todavía para garantizar la presencia neocolonial de los Estados Unidos y la Unión Europea en África (Garí Citation2013).6 Los indígenas o antiguos canarios, popularmente conocidos como guanches, habitaron el archipiélago desde el primer milenio antes de Cristo hasta finales del siglo XV, fecha en que finaliza su conquista europea. Numerosas investigaciones apuntan a un origen amazigh o bereber de estas poblaciones, etnia que aún habita en regiones del norte de África continental, con la que se han establecido multitud de estudios comparativos de carácter cultural, lingüístico y genético (ver Estévez Citation2019). Los guanches han sido excluidos recurrentemente de las genealogías que abordan el proceso de expansión colonial de Europa hacia África y América (ver Gil Citation2019).7 Alemán se hace eco abiertamente de los planteamientos de Dussel al señalar que la exterioridad que padecen los canarios desde su colonización, como ocurre con las poblaciones americanas, es constitutiva del mito de la modernidad. Sin embargo, los dos conciben que su liberación solo es posible si tales sociedades participan en un diálogo entre culturas que garantice “el respeto a su Alteridad, a su ser-Otro” (Dussel Citation1994, 202; véase Alemán Citation2006, 349).8 En Praxis y educación (Citation1987), Alemán plantea que “la voluntad de poder es la tendencia a dominar a otro hasta someterlo”. Asegura también que “Nietzsche experimenta la totalidad como movida por la ‘voluntad de poder’ … simplemente porque, sin saberlo, su experiencia presuponía la totalidad y su necesaria bipolaridad, que quedaba fundada en lo a priori (la totalidad como tal). Por eso, detrás de ‘la voluntad de poder está la totalidad’” e incluye “como a su opuesta la ‘voluntad dominada’” (Alemán Citation1987, 124 y 54). Es, sin embargo, en Psicología del hombre canario, donde la voluntad de poder de la que habla Alemán resulta equiparable a la colonialidad del poder descrita por Aníbal Quijano como “patrón de poder mundial capitalista”, la cual hace posible “la clasificación ‘racial’ de la población del mundo” a partir de “la construcción del género”, “la división del trabajo” y la legitimación del conocimiento desde una “perspectiva eurocéntrica” (2017, 18 y 20, nota al pie 23 y 24).9 Dussel apuntala el análisis inconcluso de Marx acerca de la dependencia entre países coloniales y sus respectivas metrópolis, poniendo en boca del autor la siguiente afirmación: “la dependencia consiste en la transferencia de plusvalor de un capital global nacional menos desarrollado hacia el más desarrollado” (Citation2013, 330).10 Es sintomático que Alemán obvie en su análisis la incidencia del sexo/género entre los ejes de opresión a los que la población canaria está sujeta. Con ello el autor ignora el peso creciente que, en los años que publica Psicología, adquiere el feminismo, inscribiendo su pensamiento en la lógica falocéntrica que lamentablemente predomina en las representaciones del archipiélago (véase Perdomo y Pérez Citation2020, 9–13 y Pérez et al. Citation2021, 133–154). Debido a esta ausencia, resulta anecdótica su afirmación de que “Canarias es sociológicamente patriarcal y emocionalmente maternal” (Alemán Citation2006, 168).11 Jean Laplanche y Jean-Bertrand Pontalis explican que “la palabra inconsciente designa uno de los sistemas definidos por Freud dentro del marco de su primera teoría del aparato psíquico”, el cual está “constituido por contenidos reprimidos a los que ha sido rehusado el acceso al sistema preconsciente-consciente por la acción de la represión”. Por el contrario, “dentro del marco de la segunda tópica freudiana, la palabra inconsciente se emplea sobre todo como adjetivo; en efecto, inconsciente no es ya lo propio de una instancia particular, puesto que califica al ello y a una parte del yo y del superyó” (2004, 193). Como se observa, Alemán recurre a ambas tópicas sin distinción en su trabajo (véase Alemán Citation2006, 42–43, 83 y 126).12 Manuel Alemán sigue a Erich Fromm cuando advierte que “la mayor parte de lo que los hombres piensan conscientemente es conciencia ‘falsa’” y que “las verdaderas fuentes de los actos del hombre son inconscientes” (Fromm Citation1970, 18). Este teólogo y terapeuta añade que “Fromm, a diferencia de Freud, no es un psiquíatra clínico, se trata de un agudo crítico social que describe los males de la sociedad humana desde concepciones psicoanalíticas tratadas en visión histórica de interpretación marxista”. En resumen, Alemán coincide con Freud en su crítica al reduccionismo económico de Marx, aunque se aparta del pesimismo de la teoría freudiana de los instintos y abraza, junto a Fromm, la esperanza de hallar un “proceso terapéutico para la reconstrucción del hombre oprimido” (Alemán Citation1987, 41 y 42).13 Marx entiende que las condiciones económicas dentro del sistema capitalista convierten a la población obrera en “una clase con respecto al capital, pero aún no [en] una clase para sí”, en la que “los intereses que defiende se convierten en intereses de clase” (Citation1970, 120). Alemán lo emula al afirmar que “no existe identidad canaria si no existen en nuestra realidad elementos objetivos identificadores”, los cuales, “en sí mismos”, no valen de nada si no “son captados por la conciencia del hombre canario” (2006, 41).14 Du Bois define la doble conciencia como una subjetividad peculiar que, a causa del racismo, impone la necesidad de “mirarse siempre a uno mismo a través de los ojos de los otros” (2020, 8). Alemán, por su parte, utiliza el concepto de “conciencia dual” como producto de la “cultura de la expropiación” que existe en Canarias, donde “el expropiador desposee al expropiado de su propia capacidad de pensamiento y decisión, hospedándose emocionalmente en el interior de la conciencia del expropiado, impidiéndole desde ella sus criterios, sus pautas, su orientación” (2006, 230).15 Memmi sostiene que la dialéctica colonizador-colonizado es inherente al colonialismo y tiene un origen económico. “Nadie cree ya en la supuesta misión cultural y moral” de occidente más allá de sus fronteras, porque han sido desenmascarados “los motivos económicos de la empresa colonial” (Memmi Citation1966, 55). Alemán asegura que la vida de los habitantes del archipiélago “a partir de la conquista queda circunscrita casi exclusivamente a la historia de la praxis económica”, lo que la ha convertido en una “sociedad para la ‘producción’”, donde la persona es reducida “en el canal único del trabajo que la empobrece” (Alemán Citation2006, 229 y 218).16 Como fundadores de la filosofía de la liberación destacan, junto a Dussel, Osvaldo Adelmo Ardiles, Rodolfo Kusch y Juan Carlos Scannone (ver Ardiles et al. Citation1973).17 La afinidad de la obra de Alemán con la de Freire es palpable en una de sus publicaciones más señeras, Praxis y educación (Citation1987), donde analiza las fuentes filosóficas que sostienen el pensamiento de este pedagogo. En Psicología del hombre canario Freire también es determinante para entender en qué consiste la praxis (ver Freire Citation1975, 32; Alemán Citation2006, 341).18 Un año antes de la aparición de Psicología del hombre canario, el teólogo José Domínguez Pérez publica La Iglesia y el cambio sociopolítico: Perspectivas para una praxis en la realidad canaria (Citation1979) y, poco después, el también sacerdote Felipe Bermúdez Suárez hace lo propio en Hacia una Teología Canaria (Citation1980). Ambos textos parten de las lecturas que filósofos cristianos como Gustavo Gutiérrez o Hugo Assman hacen de la realidad latinoamericana para proponer, “sin ningún tapujo, cómo hacer una Teología Canaria que, de más está decirlo, es una Teología de la Liberación Canaria” (Perera Citation2019).19 Alemán asevera que “esta incursión de la alteridad, que desafía a la totalidad, genera una crisis en la legitimidad del orden establecido. Nace entonces el proceso de liberación y comienza la gestación de la ética” (Alemán Citation1987, 227). Toda liberación, no obstante, posee dos sentidos: uno histórico en tanto que entraña el desarrollo de un proceso sociopolítico de transformación, y otro utópico, del que debe surgir “un nuevo hombre canario más seguro de sí mismo y más agresivo que sus antepasados”, el cual hace posible que “el mito del dominador comience a agrietarse” (Alemán Citation2006, 208).20 El MPAIAC aprovechó las masivas independencias africanas para internacionalizar sus demandas anticoloniales con respecto a las Islas, con lo que obligó a España a desplegar ante las Naciones Unidas una intensa actividad diplomática. Esta organización se disolvió en medio de un clima de represión generalizada en el archipiélago, pérdida de apoyos en África continental y el intento de asesinato de su líder, Antonio Cubillo, en su exilio argelino por parte de los servicios secretos españoles (ver Garí Citation2013).21 Llama la atención la postura ambigua de Alemán frente a la lucha armada en Canarias, sociedad que define como agresiva mientras da cuenta de la cronología histórica de su potencial violento. Como señala al respecto José Antonio Younis Hernández, el objetivo de Alemán es “captar los contextos sociopolíticos y de exclusión social donde ubicaba el tema de la identidad canaria, haciendo aparecer a los sectores marginales como actores importantes de nuestro pasado y, sobre todo, de nuestro porvenir”, pero con el objetivo de “captar la idea de violencia estructural”, no de reproducirla (citado en Alemán Citation2006, 24; ver Alemán Citation2006, 143–154).22 Afirma Enrique Bethencourt que las formaciones nacionalistas de izquierdas fueron consideradas, a partir de sus significativos resultados electorales –que las convirtieron en la tercera fuerza política en las Islas en las elecciones municipales y generales de 1979–, “un verdadero peligro para la estabilidad democrática y hasta la permanencia de Canarias en el Estado español” (Citation2019, 160). A pesar de sus debilidades internas y breve trayectoria de partidos como la UPC, “su frenética actividad, especialmente en sus primeros años de existencia, marcó nítidamente las agendas políticas de finales de los años setenta y primera mitad de los ochenta” e influyó enormemente en el nacionalismo que, “en solitario o en coalición con fuerzas estatalistas, ha gobernado Canarias en los últimos veinticinco años” (Citation2019, 160).23 El afianzamiento de la democracia junto al auge del negocio turístico y la mejora relativa de las condiciones de vida de la población isleña terminan por apaciguar el convulso contexto en que es publicado por primera vez Psicología del hombre canario.Additional informationNotes on contributorsRoberto Gil HernándezRoberto Gil Hernández es doctor en Filosofía, Cultura y Sociedad por la Universidad de La Laguna. Es miembro fundador del Grupo Investigación de Estudios Descoloniales y Pensamiento Crítico (GIEDPEC) y del Centro de Estudios Africanos (CEAULL), ambos de la Universidad de La Laguna, además de investigador asociado al Grupo Internacional de Investigación Laboratoire d’Études Romanes (LER, EA 4385), de la Université Paris 8 Vincennes-Saint-Denis. Recientemente ha publicado En el nombre de Canarias: Repensar la sociedad del Archipiélago más allá de su imposibilidad (2022), Patrimonializar todo: Una contribución a la crítica de la industria cultural y del ocio (2023) y, como coeditor, Canariedades. Textos para pensar una Canarias Otra (2023).","PeriodicalId":44289,"journal":{"name":"Journal of Spanish Cultural Studies","volume":"11 11","pages":"0"},"PeriodicalIF":0.2000,"publicationDate":"2023-11-07","publicationTypes":"Journal Article","fieldsOfStudy":null,"isOpenAccess":false,"openAccessPdf":"","citationCount":"0","resultStr":"{\"title\":\"Tomar conciencia, desneblinar Canarias: el anticolonialismo freudomarxista de Manuel Alemán\",\"authors\":\"Roberto Gil Hernández\",\"doi\":\"10.1080/14636204.2023.2272040\",\"DOIUrl\":null,\"url\":null,\"abstract\":\"RESUMENPsicología del hombre canario (1980), de Manuel Alemán Álamo, es un libro indispensable para complementar la visión que en la actualidad se tiene del pensamiento y el activismo anticolonial. Con él, su autor inaugura la filosofía de la liberación en el Archipiélago Canario desde un enfoque que combina las tesis marxistas con el psicoanálisis freudiano. 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De manera especial, agradezco al Instituto Psicosocial Manuel Alemán y, particularmente, a su presidente, José Antonio Younis Hernández, Catedrático de Psicología Social de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, y a su Coordinadora de Investigación, María Antonia Medina Alemán, por acompañarme durante el proceso de escritura y, sobre todo, por su invaluable labor de defensa de la obra, la memoria y los fines que Manuel Alemán promulgó a lo largo de su vida.Disclosure statementNo potential conflict of interest was reported by the author(s).Notes1 Canarias se compone de ocho islas habitadas: La Graciosa, El Hierro, La Gomera, Lanzarote, La Palma, Gran Canaria, Fuerteventura y Tenerife. Están situadas al costado noroccidental de África y poseen importantes vínculos culturales con Latinoamérica, especialmente con el Caribe. 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Acerca de esta interconexión existe abundante bibliografía; entre otros trabajos pueden destacarse el de Pérez Flores (Citation2018) desde el discurso poscolonial antillano y el de Xiomara Núñez Rodríguez, quien acuña el término “canaribeñidad” (Citation2019). Ambos análisis resaltan críticamente las conexiones de las Islas con el proyecto descolonial latinoamericano y, aunque no niegan su africanidad, sí la descentran al sobredimensionar sus vínculos con realidades geográficas como la caribeña (ver Gil Citation2021, 23–28; Citation2022, 30–40).3 Entre los años sesenta y setenta del siglo XX, cobra protagonismo una corriente de estudio de la historia económica y social encabezada por autores de formación marxista como André Gunder Frank y Samir Amin. Los analistas del sistema-mundo, con Immanuel Wallerstein y Giovanni Arrighi a la cabeza, desarrollan sus planteamientos en estrecha relación con los postulados de la teoría de la dependencia y convierten sus trabajos acerca del capitalismo como totalidad histórica en referentes para la crítica global a los fundamentos de dicho modo de producción (ver Frank Citation1970; Amin Citation1974; Arrighi Citation1978; Wallerstein Citation1988). El papel de Canarias en tal engranaje ha sido ignorado en la mayoría de estos trabajos.4 Según Freud, el fetichismo es una forma de perversión que responde a la construcción de un objeto sustitutivo que permite desmentir un objeto faltante y, al mismo tiempo, reconocer su falta. La coexistencia de estas dos actitudes, una “acorde al deseo” y la otra “acorde a la realidad”, provoca una escisión que “se muestra en lo que el fetichista hace … con su fetiche” (1992, 148 y 151).5 La dependencia de Canarias de los imperios español y portugués determina que las Islas constituyan, entre los siglos XV y XVI, uno de los puertos esclavistas más importantes del noroccidente africano (Rodríguez Citation2016). Entre el siglo XVII y el XVIII, los imperios británico y holandés protagonizan distintos intentos de invasión de sus principales enclaves portuarios con el objetivo de controlar las rutas marítimas hacia África y América (Rumeu Citation1947). En el XIX, los intereses de los imperios británico y francés en el archipiélago impulsan su definición como “país tercero a efectos comerciales y de fiscalidad” a través de los puertos francos (Macías Citation2001, 499). 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Los guanches han sido excluidos recurrentemente de las genealogías que abordan el proceso de expansión colonial de Europa hacia África y América (ver Gil Citation2019).7 Alemán se hace eco abiertamente de los planteamientos de Dussel al señalar que la exterioridad que padecen los canarios desde su colonización, como ocurre con las poblaciones americanas, es constitutiva del mito de la modernidad. Sin embargo, los dos conciben que su liberación solo es posible si tales sociedades participan en un diálogo entre culturas que garantice “el respeto a su Alteridad, a su ser-Otro” (Dussel Citation1994, 202; véase Alemán Citation2006, 349).8 En Praxis y educación (Citation1987), Alemán plantea que “la voluntad de poder es la tendencia a dominar a otro hasta someterlo”. Asegura también que “Nietzsche experimenta la totalidad como movida por la ‘voluntad de poder’ … simplemente porque, sin saberlo, su experiencia presuponía la totalidad y su necesaria bipolaridad, que quedaba fundada en lo a priori (la totalidad como tal). Por eso, detrás de ‘la voluntad de poder está la totalidad’” e incluye “como a su opuesta la ‘voluntad dominada’” (Alemán Citation1987, 124 y 54). Es, sin embargo, en Psicología del hombre canario, donde la voluntad de poder de la que habla Alemán resulta equiparable a la colonialidad del poder descrita por Aníbal Quijano como “patrón de poder mundial capitalista”, la cual hace posible “la clasificación ‘racial’ de la población del mundo” a partir de “la construcción del género”, “la división del trabajo” y la legitimación del conocimiento desde una “perspectiva eurocéntrica” (2017, 18 y 20, nota al pie 23 y 24).9 Dussel apuntala el análisis inconcluso de Marx acerca de la dependencia entre países coloniales y sus respectivas metrópolis, poniendo en boca del autor la siguiente afirmación: “la dependencia consiste en la transferencia de plusvalor de un capital global nacional menos desarrollado hacia el más desarrollado” (Citation2013, 330).10 Es sintomático que Alemán obvie en su análisis la incidencia del sexo/género entre los ejes de opresión a los que la población canaria está sujeta. Con ello el autor ignora el peso creciente que, en los años que publica Psicología, adquiere el feminismo, inscribiendo su pensamiento en la lógica falocéntrica que lamentablemente predomina en las representaciones del archipiélago (véase Perdomo y Pérez Citation2020, 9–13 y Pérez et al. Citation2021, 133–154). Debido a esta ausencia, resulta anecdótica su afirmación de que “Canarias es sociológicamente patriarcal y emocionalmente maternal” (Alemán Citation2006, 168).11 Jean Laplanche y Jean-Bertrand Pontalis explican que “la palabra inconsciente designa uno de los sistemas definidos por Freud dentro del marco de su primera teoría del aparato psíquico”, el cual está “constituido por contenidos reprimidos a los que ha sido rehusado el acceso al sistema preconsciente-consciente por la acción de la represión”. Por el contrario, “dentro del marco de la segunda tópica freudiana, la palabra inconsciente se emplea sobre todo como adjetivo; en efecto, inconsciente no es ya lo propio de una instancia particular, puesto que califica al ello y a una parte del yo y del superyó” (2004, 193). Como se observa, Alemán recurre a ambas tópicas sin distinción en su trabajo (véase Alemán Citation2006, 42–43, 83 y 126).12 Manuel Alemán sigue a Erich Fromm cuando advierte que “la mayor parte de lo que los hombres piensan conscientemente es conciencia ‘falsa’” y que “las verdaderas fuentes de los actos del hombre son inconscientes” (Fromm Citation1970, 18). Este teólogo y terapeuta añade que “Fromm, a diferencia de Freud, no es un psiquíatra clínico, se trata de un agudo crítico social que describe los males de la sociedad humana desde concepciones psicoanalíticas tratadas en visión histórica de interpretación marxista”. 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Alemán lo emula al afirmar que “no existe identidad canaria si no existen en nuestra realidad elementos objetivos identificadores”, los cuales, “en sí mismos”, no valen de nada si no “son captados por la conciencia del hombre canario” (2006, 41).14 Du Bois define la doble conciencia como una subjetividad peculiar que, a causa del racismo, impone la necesidad de “mirarse siempre a uno mismo a través de los ojos de los otros” (2020, 8). 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Esta organización se disolvió en medio de un clima de represión generalizada en el archipiélago, pérdida de apoyos en África continental y el intento de asesinato de su líder, Antonio Cubillo, en su exilio argelino por parte de los servicios secretos españoles (ver Garí Citation2013).21 Llama la atención la postura ambigua de Alemán frente a la lucha armada en Canarias, sociedad que define como agresiva mientras da cuenta de la cronología histórica de su potencial violento. Como señala al respecto José Antonio Younis Hernández, el objetivo de Alemán es “captar los contextos sociopolíticos y de exclusión social donde ubicaba el tema de la identidad canaria, haciendo aparecer a los sectores marginales como actores importantes de nuestro pasado y, sobre todo, de nuestro porvenir”, pero con el objetivo de “captar la idea de violencia estructural”, no de reproducirla (citado en Alemán Citation2006, 24; ver Alemán Citation2006, 143–154).22 Afirma Enrique Bethencourt que las formaciones nacionalistas de izquierdas fueron consideradas, a partir de sus significativos resultados electorales –que las convirtieron en la tercera fuerza política en las Islas en las elecciones municipales y generales de 1979–, “un verdadero peligro para la estabilidad democrática y hasta la permanencia de Canarias en el Estado español” (Citation2019, 160). A pesar de sus debilidades internas y breve trayectoria de partidos como la UPC, “su frenética actividad, especialmente en sus primeros años de existencia, marcó nítidamente las agendas políticas de finales de los años setenta y primera mitad de los ochenta” e influyó enormemente en el nacionalismo que, “en solitario o en coalición con fuerzas estatalistas, ha gobernado Canarias en los últimos veinticinco años” (Citation2019, 160).23 El afianzamiento de la democracia junto al auge del negocio turístico y la mejora relativa de las condiciones de vida de la población isleña terminan por apaciguar el convulso contexto en que es publicado por primera vez Psicología del hombre canario.Additional informationNotes on contributorsRoberto Gil HernándezRoberto Gil Hernández es doctor en Filosofía, Cultura y Sociedad por la Universidad de La Laguna. Es miembro fundador del Grupo Investigación de Estudios Descoloniales y Pensamiento Crítico (GIEDPEC) y del Centro de Estudios Africanos (CEAULL), ambos de la Universidad de La Laguna, además de investigador asociado al Grupo Internacional de Investigación Laboratoire d’Études Romanes (LER, EA 4385), de la Université Paris 8 Vincennes-Saint-Denis. Recientemente ha publicado En el nombre de Canarias: Repensar la sociedad del Archipiélago más allá de su imposibilidad (2022), Patrimonializar todo: Una contribución a la crítica de la industria cultural y del ocio (2023) y, como coeditor, Canariedades. 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Tomar conciencia, desneblinar Canarias: el anticolonialismo freudomarxista de Manuel Alemán
RESUMENPsicología del hombre canario (1980), de Manuel Alemán Álamo, es un libro indispensable para complementar la visión que en la actualidad se tiene del pensamiento y el activismo anticolonial. Con él, su autor inaugura la filosofía de la liberación en el Archipiélago Canario desde un enfoque que combina las tesis marxistas con el psicoanálisis freudiano. En este artículo se propone una genealogía crítica de su obra, la cual plantea sus límites a la vez que revindica su potencial para comprender la realidad de las Islas desde un punto de vista descolonial. A través del análisis de algunos de sus planteamientos fundamentales, como la negación de la africanidad de Canarias, el papel subalterno que este archipiélago ocupa en el sistema mundial capitalista o la incidencia que el racismo y el clasismo tienen en su sociedad, se evalúa críticamente el proceso de construcción de su conciencia e identidad colectivas. Se concluye afirmando que Alemán marca un antes y un después en el pensamiento canario, abriendo espacios inéditos para la reflexión y la praxis en un territorio cuyo futuro aún contempla la posibilidad de su descolonización.PALABRAS CLAVE: CanariasmarxismopsicoanálisiscolonialidadManuel Alemán AgradecimientosQuiero expresar mi gratitud a los investigadores Daniel Barreto y José Miguel Perera por su atenta lectura de este trabajo y las inestimables sugerencias que hicieron sobre sus contenidos. De manera especial, agradezco al Instituto Psicosocial Manuel Alemán y, particularmente, a su presidente, José Antonio Younis Hernández, Catedrático de Psicología Social de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, y a su Coordinadora de Investigación, María Antonia Medina Alemán, por acompañarme durante el proceso de escritura y, sobre todo, por su invaluable labor de defensa de la obra, la memoria y los fines que Manuel Alemán promulgó a lo largo de su vida.Disclosure statementNo potential conflict of interest was reported by the author(s).Notes1 Canarias se compone de ocho islas habitadas: La Graciosa, El Hierro, La Gomera, Lanzarote, La Palma, Gran Canaria, Fuerteventura y Tenerife. Están situadas al costado noroccidental de África y poseen importantes vínculos culturales con Latinoamérica, especialmente con el Caribe. Ello es debido a que la historia del archipiélago tiene numerosos elementos en común con dichos territorios, como que su conquista y colonización tuviera lugar durante el siglo XV o que las Islas sirvieron desde entonces como puesto avanzado para el flujo de bienes y población entre África, América y Europa. La presencia en ellas en distintos periodos de emisarios de los principales proyectos imperiales las ha convertido, como diría Juan Bosch, en una “frontera imperial” de Occidente en el Norte de África (ver Gil Citation2022, 34). En la actualidad, Canarias pertenece administrativamente al Reino de España y forma parte de la Unión Europea como una de sus regiones ultraperiféricas, pero también está integrada en la OTAN.2 Este recurso enfatiza la “atlanticidad” de Canarias a partir de su papel como plataforma del expansionismo europeo hacia África y América (véase García, Citation2022). Acerca de esta interconexión existe abundante bibliografía; entre otros trabajos pueden destacarse el de Pérez Flores (Citation2018) desde el discurso poscolonial antillano y el de Xiomara Núñez Rodríguez, quien acuña el término “canaribeñidad” (Citation2019). Ambos análisis resaltan críticamente las conexiones de las Islas con el proyecto descolonial latinoamericano y, aunque no niegan su africanidad, sí la descentran al sobredimensionar sus vínculos con realidades geográficas como la caribeña (ver Gil Citation2021, 23–28; Citation2022, 30–40).3 Entre los años sesenta y setenta del siglo XX, cobra protagonismo una corriente de estudio de la historia económica y social encabezada por autores de formación marxista como André Gunder Frank y Samir Amin. Los analistas del sistema-mundo, con Immanuel Wallerstein y Giovanni Arrighi a la cabeza, desarrollan sus planteamientos en estrecha relación con los postulados de la teoría de la dependencia y convierten sus trabajos acerca del capitalismo como totalidad histórica en referentes para la crítica global a los fundamentos de dicho modo de producción (ver Frank Citation1970; Amin Citation1974; Arrighi Citation1978; Wallerstein Citation1988). El papel de Canarias en tal engranaje ha sido ignorado en la mayoría de estos trabajos.4 Según Freud, el fetichismo es una forma de perversión que responde a la construcción de un objeto sustitutivo que permite desmentir un objeto faltante y, al mismo tiempo, reconocer su falta. La coexistencia de estas dos actitudes, una “acorde al deseo” y la otra “acorde a la realidad”, provoca una escisión que “se muestra en lo que el fetichista hace … con su fetiche” (1992, 148 y 151).5 La dependencia de Canarias de los imperios español y portugués determina que las Islas constituyan, entre los siglos XV y XVI, uno de los puertos esclavistas más importantes del noroccidente africano (Rodríguez Citation2016). Entre el siglo XVII y el XVIII, los imperios británico y holandés protagonizan distintos intentos de invasión de sus principales enclaves portuarios con el objetivo de controlar las rutas marítimas hacia África y América (Rumeu Citation1947). En el XIX, los intereses de los imperios británico y francés en el archipiélago impulsan su definición como “país tercero a efectos comerciales y de fiscalidad” a través de los puertos francos (Macías Citation2001, 499). Para los siglos XX y XXI, son las bases militares de la OTAN las que atestiguan la importancia que Canarias tiene todavía para garantizar la presencia neocolonial de los Estados Unidos y la Unión Europea en África (Garí Citation2013).6 Los indígenas o antiguos canarios, popularmente conocidos como guanches, habitaron el archipiélago desde el primer milenio antes de Cristo hasta finales del siglo XV, fecha en que finaliza su conquista europea. Numerosas investigaciones apuntan a un origen amazigh o bereber de estas poblaciones, etnia que aún habita en regiones del norte de África continental, con la que se han establecido multitud de estudios comparativos de carácter cultural, lingüístico y genético (ver Estévez Citation2019). Los guanches han sido excluidos recurrentemente de las genealogías que abordan el proceso de expansión colonial de Europa hacia África y América (ver Gil Citation2019).7 Alemán se hace eco abiertamente de los planteamientos de Dussel al señalar que la exterioridad que padecen los canarios desde su colonización, como ocurre con las poblaciones americanas, es constitutiva del mito de la modernidad. Sin embargo, los dos conciben que su liberación solo es posible si tales sociedades participan en un diálogo entre culturas que garantice “el respeto a su Alteridad, a su ser-Otro” (Dussel Citation1994, 202; véase Alemán Citation2006, 349).8 En Praxis y educación (Citation1987), Alemán plantea que “la voluntad de poder es la tendencia a dominar a otro hasta someterlo”. Asegura también que “Nietzsche experimenta la totalidad como movida por la ‘voluntad de poder’ … simplemente porque, sin saberlo, su experiencia presuponía la totalidad y su necesaria bipolaridad, que quedaba fundada en lo a priori (la totalidad como tal). Por eso, detrás de ‘la voluntad de poder está la totalidad’” e incluye “como a su opuesta la ‘voluntad dominada’” (Alemán Citation1987, 124 y 54). Es, sin embargo, en Psicología del hombre canario, donde la voluntad de poder de la que habla Alemán resulta equiparable a la colonialidad del poder descrita por Aníbal Quijano como “patrón de poder mundial capitalista”, la cual hace posible “la clasificación ‘racial’ de la población del mundo” a partir de “la construcción del género”, “la división del trabajo” y la legitimación del conocimiento desde una “perspectiva eurocéntrica” (2017, 18 y 20, nota al pie 23 y 24).9 Dussel apuntala el análisis inconcluso de Marx acerca de la dependencia entre países coloniales y sus respectivas metrópolis, poniendo en boca del autor la siguiente afirmación: “la dependencia consiste en la transferencia de plusvalor de un capital global nacional menos desarrollado hacia el más desarrollado” (Citation2013, 330).10 Es sintomático que Alemán obvie en su análisis la incidencia del sexo/género entre los ejes de opresión a los que la población canaria está sujeta. Con ello el autor ignora el peso creciente que, en los años que publica Psicología, adquiere el feminismo, inscribiendo su pensamiento en la lógica falocéntrica que lamentablemente predomina en las representaciones del archipiélago (véase Perdomo y Pérez Citation2020, 9–13 y Pérez et al. Citation2021, 133–154). Debido a esta ausencia, resulta anecdótica su afirmación de que “Canarias es sociológicamente patriarcal y emocionalmente maternal” (Alemán Citation2006, 168).11 Jean Laplanche y Jean-Bertrand Pontalis explican que “la palabra inconsciente designa uno de los sistemas definidos por Freud dentro del marco de su primera teoría del aparato psíquico”, el cual está “constituido por contenidos reprimidos a los que ha sido rehusado el acceso al sistema preconsciente-consciente por la acción de la represión”. Por el contrario, “dentro del marco de la segunda tópica freudiana, la palabra inconsciente se emplea sobre todo como adjetivo; en efecto, inconsciente no es ya lo propio de una instancia particular, puesto que califica al ello y a una parte del yo y del superyó” (2004, 193). Como se observa, Alemán recurre a ambas tópicas sin distinción en su trabajo (véase Alemán Citation2006, 42–43, 83 y 126).12 Manuel Alemán sigue a Erich Fromm cuando advierte que “la mayor parte de lo que los hombres piensan conscientemente es conciencia ‘falsa’” y que “las verdaderas fuentes de los actos del hombre son inconscientes” (Fromm Citation1970, 18). Este teólogo y terapeuta añade que “Fromm, a diferencia de Freud, no es un psiquíatra clínico, se trata de un agudo crítico social que describe los males de la sociedad humana desde concepciones psicoanalíticas tratadas en visión histórica de interpretación marxista”. En resumen, Alemán coincide con Freud en su crítica al reduccionismo económico de Marx, aunque se aparta del pesimismo de la teoría freudiana de los instintos y abraza, junto a Fromm, la esperanza de hallar un “proceso terapéutico para la reconstrucción del hombre oprimido” (Alemán Citation1987, 41 y 42).13 Marx entiende que las condiciones económicas dentro del sistema capitalista convierten a la población obrera en “una clase con respecto al capital, pero aún no [en] una clase para sí”, en la que “los intereses que defiende se convierten en intereses de clase” (Citation1970, 120). Alemán lo emula al afirmar que “no existe identidad canaria si no existen en nuestra realidad elementos objetivos identificadores”, los cuales, “en sí mismos”, no valen de nada si no “son captados por la conciencia del hombre canario” (2006, 41).14 Du Bois define la doble conciencia como una subjetividad peculiar que, a causa del racismo, impone la necesidad de “mirarse siempre a uno mismo a través de los ojos de los otros” (2020, 8). Alemán, por su parte, utiliza el concepto de “conciencia dual” como producto de la “cultura de la expropiación” que existe en Canarias, donde “el expropiador desposee al expropiado de su propia capacidad de pensamiento y decisión, hospedándose emocionalmente en el interior de la conciencia del expropiado, impidiéndole desde ella sus criterios, sus pautas, su orientación” (2006, 230).15 Memmi sostiene que la dialéctica colonizador-colonizado es inherente al colonialismo y tiene un origen económico. “Nadie cree ya en la supuesta misión cultural y moral” de occidente más allá de sus fronteras, porque han sido desenmascarados “los motivos económicos de la empresa colonial” (Memmi Citation1966, 55). Alemán asegura que la vida de los habitantes del archipiélago “a partir de la conquista queda circunscrita casi exclusivamente a la historia de la praxis económica”, lo que la ha convertido en una “sociedad para la ‘producción’”, donde la persona es reducida “en el canal único del trabajo que la empobrece” (Alemán Citation2006, 229 y 218).16 Como fundadores de la filosofía de la liberación destacan, junto a Dussel, Osvaldo Adelmo Ardiles, Rodolfo Kusch y Juan Carlos Scannone (ver Ardiles et al. Citation1973).17 La afinidad de la obra de Alemán con la de Freire es palpable en una de sus publicaciones más señeras, Praxis y educación (Citation1987), donde analiza las fuentes filosóficas que sostienen el pensamiento de este pedagogo. En Psicología del hombre canario Freire también es determinante para entender en qué consiste la praxis (ver Freire Citation1975, 32; Alemán Citation2006, 341).18 Un año antes de la aparición de Psicología del hombre canario, el teólogo José Domínguez Pérez publica La Iglesia y el cambio sociopolítico: Perspectivas para una praxis en la realidad canaria (Citation1979) y, poco después, el también sacerdote Felipe Bermúdez Suárez hace lo propio en Hacia una Teología Canaria (Citation1980). Ambos textos parten de las lecturas que filósofos cristianos como Gustavo Gutiérrez o Hugo Assman hacen de la realidad latinoamericana para proponer, “sin ningún tapujo, cómo hacer una Teología Canaria que, de más está decirlo, es una Teología de la Liberación Canaria” (Perera Citation2019).19 Alemán asevera que “esta incursión de la alteridad, que desafía a la totalidad, genera una crisis en la legitimidad del orden establecido. Nace entonces el proceso de liberación y comienza la gestación de la ética” (Alemán Citation1987, 227). Toda liberación, no obstante, posee dos sentidos: uno histórico en tanto que entraña el desarrollo de un proceso sociopolítico de transformación, y otro utópico, del que debe surgir “un nuevo hombre canario más seguro de sí mismo y más agresivo que sus antepasados”, el cual hace posible que “el mito del dominador comience a agrietarse” (Alemán Citation2006, 208).20 El MPAIAC aprovechó las masivas independencias africanas para internacionalizar sus demandas anticoloniales con respecto a las Islas, con lo que obligó a España a desplegar ante las Naciones Unidas una intensa actividad diplomática. Esta organización se disolvió en medio de un clima de represión generalizada en el archipiélago, pérdida de apoyos en África continental y el intento de asesinato de su líder, Antonio Cubillo, en su exilio argelino por parte de los servicios secretos españoles (ver Garí Citation2013).21 Llama la atención la postura ambigua de Alemán frente a la lucha armada en Canarias, sociedad que define como agresiva mientras da cuenta de la cronología histórica de su potencial violento. Como señala al respecto José Antonio Younis Hernández, el objetivo de Alemán es “captar los contextos sociopolíticos y de exclusión social donde ubicaba el tema de la identidad canaria, haciendo aparecer a los sectores marginales como actores importantes de nuestro pasado y, sobre todo, de nuestro porvenir”, pero con el objetivo de “captar la idea de violencia estructural”, no de reproducirla (citado en Alemán Citation2006, 24; ver Alemán Citation2006, 143–154).22 Afirma Enrique Bethencourt que las formaciones nacionalistas de izquierdas fueron consideradas, a partir de sus significativos resultados electorales –que las convirtieron en la tercera fuerza política en las Islas en las elecciones municipales y generales de 1979–, “un verdadero peligro para la estabilidad democrática y hasta la permanencia de Canarias en el Estado español” (Citation2019, 160). A pesar de sus debilidades internas y breve trayectoria de partidos como la UPC, “su frenética actividad, especialmente en sus primeros años de existencia, marcó nítidamente las agendas políticas de finales de los años setenta y primera mitad de los ochenta” e influyó enormemente en el nacionalismo que, “en solitario o en coalición con fuerzas estatalistas, ha gobernado Canarias en los últimos veinticinco años” (Citation2019, 160).23 El afianzamiento de la democracia junto al auge del negocio turístico y la mejora relativa de las condiciones de vida de la población isleña terminan por apaciguar el convulso contexto en que es publicado por primera vez Psicología del hombre canario.Additional informationNotes on contributorsRoberto Gil HernándezRoberto Gil Hernández es doctor en Filosofía, Cultura y Sociedad por la Universidad de La Laguna. Es miembro fundador del Grupo Investigación de Estudios Descoloniales y Pensamiento Crítico (GIEDPEC) y del Centro de Estudios Africanos (CEAULL), ambos de la Universidad de La Laguna, además de investigador asociado al Grupo Internacional de Investigación Laboratoire d’Études Romanes (LER, EA 4385), de la Université Paris 8 Vincennes-Saint-Denis. Recientemente ha publicado En el nombre de Canarias: Repensar la sociedad del Archipiélago más allá de su imposibilidad (2022), Patrimonializar todo: Una contribución a la crítica de la industria cultural y del ocio (2023) y, como coeditor, Canariedades. Textos para pensar una Canarias Otra (2023).