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Instituciones y costumbres eclesiásticas en Cervantes
Cervantes está al corriente de la vida cristiana y presenta en sus obras una gran cultura sobre las prácticas y manifestaciones públicas o privadas de la religiosidad: liturgia, ceremonias, rituales de los sacramentos, procesiones, excomuniones, santuarios nacio nales, catequesis infantil, clero con sus atributos y atuendos, etc. Es difícil que nuestro autor domine todos estos aspectos ecle siásticos, si no era un cristiano practicante. A un simple o agudo observador, ajeno a la Iglesia, se le escaparían muchos de estos ínfimos detalles. Quizás cumple Cervantes las palabras de don Quijote, en el sentido que el caballero «ha de ser teólogo para dar razón de la cristiana ley que profesa, clara y distintamente, adonde quiera que le fuese pedido» (II,18). Abandono en este artículo la doctrina teológica, la naturaleza de los sacramentos y las innumerables citas bíblicas que utiliza el autor. Sólo aportaré algunos aspectos externos de la religio sidad, cuestiones que estaban en pleno conflicto con la ideología protestante y erasmista.