{"title":"Cuando las moscas parasitan","authors":"Viviana Leiro","doi":"10.47196/da.v29i3.2489","DOIUrl":null,"url":null,"abstract":"La hembra, ladina, calculadora, va y pone sus huevos en un mosquito. Y cuando el mosquito pica a un ser humano, los huevos eclosionan y las larvas se meten debajo de la piel; crecen allí durante 6 semanas, en nuestro cuerpo, dentro de nosotros. Eso fue Charo, una mosca caníbal que se metió debajo de la piel de nuestra familia; otras mujeres que revolotearon a mi marido -a mi exmarido- podrían haber sido tábanos, o moscas de la fruta, o la mosca gorda de la madera. A la larga, inofensivas. Charo no, Charo fue caníbal, creció y creció dentro de nuestro matrimonio hasta hacerlo estallar, saliendo a la luz en un intento de vivir con libertad eso que había engendrado. No usé una palmeta, pero resolví el asunto (¡Pum!). No pido aprobación, solo que entiendan o al menos que escuchen mi versión de por qué hice lo que hice, y por qué Charo es, para mí, la Dermatobia hominis.","PeriodicalId":487322,"journal":{"name":"Dermatología argentina","volume":"104 ","pages":""},"PeriodicalIF":0.0000,"publicationDate":"2023-12-01","publicationTypes":"Journal Article","fieldsOfStudy":null,"isOpenAccess":false,"openAccessPdf":"","citationCount":"0","resultStr":null,"platform":"Semanticscholar","paperid":null,"PeriodicalName":"Dermatología argentina","FirstCategoryId":"0","ListUrlMain":"https://doi.org/10.47196/da.v29i3.2489","RegionNum":0,"RegionCategory":null,"ArticlePicture":[],"TitleCN":null,"AbstractTextCN":null,"PMCID":null,"EPubDate":"","PubModel":"","JCR":"","JCRName":"","Score":null,"Total":0}
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Abstract
La hembra, ladina, calculadora, va y pone sus huevos en un mosquito. Y cuando el mosquito pica a un ser humano, los huevos eclosionan y las larvas se meten debajo de la piel; crecen allí durante 6 semanas, en nuestro cuerpo, dentro de nosotros. Eso fue Charo, una mosca caníbal que se metió debajo de la piel de nuestra familia; otras mujeres que revolotearon a mi marido -a mi exmarido- podrían haber sido tábanos, o moscas de la fruta, o la mosca gorda de la madera. A la larga, inofensivas. Charo no, Charo fue caníbal, creció y creció dentro de nuestro matrimonio hasta hacerlo estallar, saliendo a la luz en un intento de vivir con libertad eso que había engendrado. No usé una palmeta, pero resolví el asunto (¡Pum!). No pido aprobación, solo que entiendan o al menos que escuchen mi versión de por qué hice lo que hice, y por qué Charo es, para mí, la Dermatobia hominis.