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Abstract
A lo largo del siglo XIX la expansión del Imperio Británico en Asia, así como en otras partes del mundo, generaría la necesidad de documentar los nuevos descubrimientos científicos de flora y fauna con la mayor precisión, así como la traducción visual de los paisajes y arquitectura foráneos a través del lenguaje de lo pintoresco. El acto de pintar la naturaleza en el extranjero, ya fuese con fines científicos o creativos, se convirtió de este modo en una moda secular, protagonizada por los viajeros de clase alta que por aquel entonces se aventuraban a explorar los nuevos parajes, paulatinamente colonizados por la idea mística de lo Oriental. Coincidiendo con el surgimiento de los movimientos feministas en occidente, el siguiente artículo explora estas ideas a través de las obras pictóricas de tres mujeres Victorianas residentes en la India en diferentes etapas de desarrollo del rāj, así como en diferentes contextos. Amantes de los jardines y apasionadas de la botánica, estas mujeres dedicaban gran parte de su tiempo a incluir las formas creativas de la flora y fauna del país en sus dibujos, pinturas o fotografías desde 1850. Al mismo tiempo, estas mujeres Victorianas se toparon con una India erótica y exuberante, aún subyacente en los márgenes del Imperio y muy presente en el arte y la cultura tradicional. A partir de las ilustraciones de carácter científico de Mary Impey, las pinturas ajardinadas de Marianne North y las fotografías teatrales de Margaret Cameron, este artículo concluye que el análisis de las obras florales de estas tres mujeres viajeras debe realizarse no sólo como un acto documental-colonial, sino sobre todo como un modo de desatar el carácter erótico y sensual intrínseco a su condición femenina, habiendo sido su sexualidad reprimida como mujeres del rāj y recuperada a través de su encuentro con la naturaleza oriental.