Fernando Godín Estrada, Tito Gómez Quin, D. Rey-Rodríguez, M. A. Chacon-Manosalva
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Abstract
Se trata de un paciente masculino con antecedente de artritis reumatoidea, síndrome de ojo seco y trasplante de córnea, hace 3 años. El paciente informa disminución de la agudeza visual en el ojo derecho. En el examen físico, se detecta una línea de rechazo en el meridiano a las 6 en la córnea e hiperemia conjuntival temporal. Un mes después refiere secreción excesiva y disminución de la agudeza visual (cuenta dedos a 3 metros). El examen reveló vascularización corneal de 360° y una perforación aséptica de la córnea central. La primera medida terapéutica fue cianoacrilato y lentes de contacto blandos, colirio de moxifloxacino al 0,5 % cada 4 horas, y colirio de hialuronato de sodio al 0,1 %. Quince días después no refirió mejoría, y su agudeza visual se redujo a cuenta dedos a 2 metros. Al examen, la neovascularización en cuatro cuadrantes y la prueba Seidel fueron positivas. Al día siguiente, se realizó un injerto conjuntival que mejoró el cuadro clínico; finalmente, se realizó un segundo trasplante tectónico de córnea. El abordaje terapéutico y quirúrgico de una perforación corneal depende del tamaño, forma, ubicación y causa de la lesión, siendo útiles los adhesivos tisulares de cianoacrilato en lesiones pequeñas.