Latinoamérica es la región con el menor crecimiento de la productividad en el mundo desde las reformas neoliberales. La nueva trampa del ingreso medio: rentas fáciles no generan precisamente élites schumpeterianas
{"title":"Latinoamérica es la región con el menor crecimiento de la productividad en el mundo desde las reformas neoliberales. La nueva trampa del ingreso medio: rentas fáciles no generan precisamente élites schumpeterianas","authors":"J. G. Palma","doi":"10.20430/ete.v89i355.1595","DOIUrl":null,"url":null,"abstract":"Lo que caracteriza “la trampa del ingreso medio” en América Latina es la incapacidad para rediseñar estrategias productivas cuando las existentes se han agotado. Élites timoratas, acostumbradas a vivir de las rentas fáciles, y Estados neofóbicos se trasforman en el principal obstáculo al cambio. Ya ocurrió durante el periodo sustitutivo, y ahora vuelve a suceder cuando se agota el modelo meramente extractivo en el sur de la región, y el del ensamblaje simple en el Norte. En lugar de reactivar el crecimiento de la productividad agregando valor a las exportaciones primarias y fortaleciendo los encadenamientos “hacia atrás” en lo extractivo en uno, o “profundizando” la manufactura del ensamblaje en el otro —junto con transformar lo “verde” en un nuevo motor del crecimiento de la productividad—, lo que sigue imperando en la región es el “más de lo mismo pero, con suerte, mejor”, predicado por economistas ortodoxos y reforzado por nuevos tratados de “protección” a la inversión. Todo esto nos atrapa en un interregno donde lo viejo se desvanece (pues dio todo lo que podía dar), pero lo nuevo no logra nacer; un escenario que he llamado nuestro “momento gramsciano”. A pesar de una diversidad de nuevos discursos progresistas, en Latinoamérica (como en el Hotel California) continuamos prisioneros de nuestras propias cadenas, con nuestra imaginación social aún atrapada en las “certezas absolutas” de la todavía hegemónica ideología neoliberal. Es como si la región estuviese en un estado de adicción a una vida empobrecida. Quizá eso fue contra lo que realmente se rebelaron los jóvenes, las mujeres y los pueblos originarios en Chile en el estallido social de octubre de 2019.","PeriodicalId":44464,"journal":{"name":"Trimestre Economico","volume":"1 1","pages":""},"PeriodicalIF":0.4000,"publicationDate":"2022-01-01","publicationTypes":"Journal Article","fieldsOfStudy":null,"isOpenAccess":false,"openAccessPdf":"","citationCount":"1","resultStr":null,"platform":"Semanticscholar","paperid":null,"PeriodicalName":"Trimestre Economico","FirstCategoryId":"96","ListUrlMain":"https://doi.org/10.20430/ete.v89i355.1595","RegionNum":4,"RegionCategory":"经济学","ArticlePicture":[],"TitleCN":null,"AbstractTextCN":null,"PMCID":null,"EPubDate":"","PubModel":"","JCR":"Q4","JCRName":"ECONOMICS","Score":null,"Total":0}
引用次数: 1
Abstract
Lo que caracteriza “la trampa del ingreso medio” en América Latina es la incapacidad para rediseñar estrategias productivas cuando las existentes se han agotado. Élites timoratas, acostumbradas a vivir de las rentas fáciles, y Estados neofóbicos se trasforman en el principal obstáculo al cambio. Ya ocurrió durante el periodo sustitutivo, y ahora vuelve a suceder cuando se agota el modelo meramente extractivo en el sur de la región, y el del ensamblaje simple en el Norte. En lugar de reactivar el crecimiento de la productividad agregando valor a las exportaciones primarias y fortaleciendo los encadenamientos “hacia atrás” en lo extractivo en uno, o “profundizando” la manufactura del ensamblaje en el otro —junto con transformar lo “verde” en un nuevo motor del crecimiento de la productividad—, lo que sigue imperando en la región es el “más de lo mismo pero, con suerte, mejor”, predicado por economistas ortodoxos y reforzado por nuevos tratados de “protección” a la inversión. Todo esto nos atrapa en un interregno donde lo viejo se desvanece (pues dio todo lo que podía dar), pero lo nuevo no logra nacer; un escenario que he llamado nuestro “momento gramsciano”. A pesar de una diversidad de nuevos discursos progresistas, en Latinoamérica (como en el Hotel California) continuamos prisioneros de nuestras propias cadenas, con nuestra imaginación social aún atrapada en las “certezas absolutas” de la todavía hegemónica ideología neoliberal. Es como si la región estuviese en un estado de adicción a una vida empobrecida. Quizá eso fue contra lo que realmente se rebelaron los jóvenes, las mujeres y los pueblos originarios en Chile en el estallido social de octubre de 2019.