F. Droz Bartholet (Docteur) , G. Deswarte (Docteur) , E. Schmitt (Docteur) , F. Michel (Professeur)
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Abstract
El aparato locomotor está constituido por estructuras anatómicas que se organizan en sistemas: óseo, articular y tendinomuscular, con un objetivo de actividades y de participaciones. En el marco de la actividad deportiva, estos diferentes sistemas están sometidos a gestos repetitivos que pueden causar lesiones crónicas. Estas lesiones suelen ser específicas de un deporte, de un gesto y de una región anatómica. En este artículo, se presentan las lesiones más frecuentes de los sistemas óseos (fracturas de estrés, necrosis avasculares, apofisitis, etc.), articulares (artrosis, capsulitis, osteocondritis, etc.), tendinomusculares (tendinopatías y síndromes compartimentales), así como los síndromes de compresión nerviosa del deportista. El motivo de consulta en medicina deportiva suele ser el dolor y, en menos ocasiones, la pérdida de función o la disminución del rendimiento. El objetivo de la exploración física del deportista es relacionar el síntoma con una o varias estructuras anatómicas lesionadas. Se deben tener en cuenta los síntomas asociados (episodios de tumefacción, de bloqueo, sensación de inestabilidad, pérdida de movilidad, parestesias, etc.). La anamnesis debe ser precisa y la exploración física programada debe ser rigurosa y evaluar muchas estructuras anatómicas. La exploración articular de las movilidades y, después, de los elementos de estabilidad (ligamentarios y tendinomusculares) requiere unos conocimientos adecuados de anatomía y de biomecánica. Las pruebas complementarias. pueden ayudar al clínico a confirmar un diagnóstico, precisar su gravedad y, en ocasiones, poner de manifiesto las lesiones asociadas. A su vez, conviene buscar los factores favorecedores para tenerlos en cuenta en el proceso terapéutico.