{"title":"Cuestiones de física, metafísica y arte en el teatro","authors":"Bruno Fabio Villarreal Castillo","doi":"10.53870/metanoia20216181","DOIUrl":null,"url":null,"abstract":"Desde los remotos tiempos de la tragedia Ática en Grecia, el teatro es y ha sido siempre movimiento, siendo este una característica esencial de los seres orgánicos, es decir, de los dotados de vida. No obstante, se corre el riesgo de reemplazar su mecánica natural con metafísica, cuando ello no es coherente ni siquiera en hipótesis. Cabe demostrar las disimilitudes del teatro con las doctrinas escolásticas, idealistas, o hinduistas, y su compatibilidad con los átomos, electrones y las leyes de la física, sometiendo sus conceptos al rigor epistemológico. La creación artística nace del psiquismo humano, aun no siendo material en primera instancia, pero ya luego cobra su forma cualitativa definitiva. Para ello atraviesa por varios tipos de censura, tanto física como psicológica, buscando expresarse mediante el lenguaje en que se comunican los distintos géneros dramáticos, dando a conocer su situación de crisis sin retorno, esa que se debate entre crueldad y violencia. \nAntonin Artaud intrinca al teatro las ideas cabalísticas y no busca contrastarlas con argumentación lógica. La evidencia demuestra que, si es que hay una unidad, esa es la del teatro con lo físico. Lo físico es su verdadero “doble”. Un sucinto pero conciso repaso histórico, bien prodigado de documentación y basado en los preceptos erigidos por el materialismo dialectico, nos dará la certeza de que el teatro pertenece exclusivamente al mundo físico, no solo en la práctica, sino también en esencia, y esta es la materia, siendo solo la metafísica un estadio improbable dentro de ella.","PeriodicalId":52763,"journal":{"name":"Revista de la Escuela de Ciencias de la Educacion","volume":"11 1","pages":""},"PeriodicalIF":0.0000,"publicationDate":"2021-01-01","publicationTypes":"Journal Article","fieldsOfStudy":null,"isOpenAccess":false,"openAccessPdf":"","citationCount":"0","resultStr":null,"platform":"Semanticscholar","paperid":null,"PeriodicalName":"Revista de la Escuela de Ciencias de la Educacion","FirstCategoryId":"1085","ListUrlMain":"https://doi.org/10.53870/metanoia20216181","RegionNum":0,"RegionCategory":null,"ArticlePicture":[],"TitleCN":null,"AbstractTextCN":null,"PMCID":null,"EPubDate":"","PubModel":"","JCR":"","JCRName":"","Score":null,"Total":0}
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Abstract
Desde los remotos tiempos de la tragedia Ática en Grecia, el teatro es y ha sido siempre movimiento, siendo este una característica esencial de los seres orgánicos, es decir, de los dotados de vida. No obstante, se corre el riesgo de reemplazar su mecánica natural con metafísica, cuando ello no es coherente ni siquiera en hipótesis. Cabe demostrar las disimilitudes del teatro con las doctrinas escolásticas, idealistas, o hinduistas, y su compatibilidad con los átomos, electrones y las leyes de la física, sometiendo sus conceptos al rigor epistemológico. La creación artística nace del psiquismo humano, aun no siendo material en primera instancia, pero ya luego cobra su forma cualitativa definitiva. Para ello atraviesa por varios tipos de censura, tanto física como psicológica, buscando expresarse mediante el lenguaje en que se comunican los distintos géneros dramáticos, dando a conocer su situación de crisis sin retorno, esa que se debate entre crueldad y violencia.
Antonin Artaud intrinca al teatro las ideas cabalísticas y no busca contrastarlas con argumentación lógica. La evidencia demuestra que, si es que hay una unidad, esa es la del teatro con lo físico. Lo físico es su verdadero “doble”. Un sucinto pero conciso repaso histórico, bien prodigado de documentación y basado en los preceptos erigidos por el materialismo dialectico, nos dará la certeza de que el teatro pertenece exclusivamente al mundo físico, no solo en la práctica, sino también en esencia, y esta es la materia, siendo solo la metafísica un estadio improbable dentro de ella.