{"title":"儿童运动体重限制的后果","authors":"Nathalie Boisseau","doi":"10.1159/000094910","DOIUrl":null,"url":null,"abstract":"Actualmente, los competidores jóvenes emprenden programas de entrenamiento que se basan en un nivel elevado de actividad física desde una temprana edad. Este entrenamiento intensivo (volumen e intensidad) aumenta el gasto de energía, que tiene que ser compensado por una mayor ingesta nutricional. Los bailarines de ballet, los patinadores artísticos, los gimnastas o los gimnastas rítmicos comienzan a entrenar a los 5 o 6 años de edad, y la mayoría practica durante más de 20 a 30 horas por semana. En estas actividades, así como en los deportes clasificados por peso (luchadores, jinetes y atletas practicantes de judo o boxeo), los jóvenes atletas de elite adoptan decisiones conscientes para reducir su ingesta alimentaria con objeto de mantener la esbeltez, el físico prepuberal o para ‘dar el peso’. El consumo adecuado de energía y micronutrientes es esencial para los niños en fase de crecimiento, y las restricciones calóricas y de líquidos durante el entrenamiento físico en la infancia o durante la adolescencia podrían perturbar las regulaciones metabólicas y hormonales que influyen sobre el crecimiento, la maduración, la composición corporal, el ciclo menstrual y la capacidad reproductora, lo que puede incrementar el riesgo de traumatismos como fracturas por sobrecarga. Además, estas estrategias pueden generar trastornos del comer (anorexia y/o bulimia nerviosa), especialmente durante la adolescencia femenina, afectando a la imagen corporal, a la imagen de uno mismo y ocasionando inadaptaciones sociales y emocionales.","PeriodicalId":166535,"journal":{"name":"Annales Nestlé (Ed. española)","volume":"105 2 1","pages":"0"},"PeriodicalIF":0.0000,"publicationDate":"2006-09-01","publicationTypes":"Journal Article","fieldsOfStudy":null,"isOpenAccess":false,"openAccessPdf":"","citationCount":"1","resultStr":"{\"title\":\"Consecuencias de la restricción de peso impuesta por el deporte en la infancia\",\"authors\":\"Nathalie Boisseau\",\"doi\":\"10.1159/000094910\",\"DOIUrl\":null,\"url\":null,\"abstract\":\"Actualmente, los competidores jóvenes emprenden programas de entrenamiento que se basan en un nivel elevado de actividad física desde una temprana edad. Este entrenamiento intensivo (volumen e intensidad) aumenta el gasto de energía, que tiene que ser compensado por una mayor ingesta nutricional. Los bailarines de ballet, los patinadores artísticos, los gimnastas o los gimnastas rítmicos comienzan a entrenar a los 5 o 6 años de edad, y la mayoría practica durante más de 20 a 30 horas por semana. En estas actividades, así como en los deportes clasificados por peso (luchadores, jinetes y atletas practicantes de judo o boxeo), los jóvenes atletas de elite adoptan decisiones conscientes para reducir su ingesta alimentaria con objeto de mantener la esbeltez, el físico prepuberal o para ‘dar el peso’. El consumo adecuado de energía y micronutrientes es esencial para los niños en fase de crecimiento, y las restricciones calóricas y de líquidos durante el entrenamiento físico en la infancia o durante la adolescencia podrían perturbar las regulaciones metabólicas y hormonales que influyen sobre el crecimiento, la maduración, la composición corporal, el ciclo menstrual y la capacidad reproductora, lo que puede incrementar el riesgo de traumatismos como fracturas por sobrecarga. Además, estas estrategias pueden generar trastornos del comer (anorexia y/o bulimia nerviosa), especialmente durante la adolescencia femenina, afectando a la imagen corporal, a la imagen de uno mismo y ocasionando inadaptaciones sociales y emocionales.\",\"PeriodicalId\":166535,\"journal\":{\"name\":\"Annales Nestlé (Ed. española)\",\"volume\":\"105 2 1\",\"pages\":\"0\"},\"PeriodicalIF\":0.0000,\"publicationDate\":\"2006-09-01\",\"publicationTypes\":\"Journal Article\",\"fieldsOfStudy\":null,\"isOpenAccess\":false,\"openAccessPdf\":\"\",\"citationCount\":\"1\",\"resultStr\":null,\"platform\":\"Semanticscholar\",\"paperid\":null,\"PeriodicalName\":\"Annales Nestlé (Ed. española)\",\"FirstCategoryId\":\"1085\",\"ListUrlMain\":\"https://doi.org/10.1159/000094910\",\"RegionNum\":0,\"RegionCategory\":null,\"ArticlePicture\":[],\"TitleCN\":null,\"AbstractTextCN\":null,\"PMCID\":null,\"EPubDate\":\"\",\"PubModel\":\"\",\"JCR\":\"\",\"JCRName\":\"\",\"Score\":null,\"Total\":0}","platform":"Semanticscholar","paperid":null,"PeriodicalName":"Annales Nestlé (Ed. española)","FirstCategoryId":"1085","ListUrlMain":"https://doi.org/10.1159/000094910","RegionNum":0,"RegionCategory":null,"ArticlePicture":[],"TitleCN":null,"AbstractTextCN":null,"PMCID":null,"EPubDate":"","PubModel":"","JCR":"","JCRName":"","Score":null,"Total":0}
Consecuencias de la restricción de peso impuesta por el deporte en la infancia
Actualmente, los competidores jóvenes emprenden programas de entrenamiento que se basan en un nivel elevado de actividad física desde una temprana edad. Este entrenamiento intensivo (volumen e intensidad) aumenta el gasto de energía, que tiene que ser compensado por una mayor ingesta nutricional. Los bailarines de ballet, los patinadores artísticos, los gimnastas o los gimnastas rítmicos comienzan a entrenar a los 5 o 6 años de edad, y la mayoría practica durante más de 20 a 30 horas por semana. En estas actividades, así como en los deportes clasificados por peso (luchadores, jinetes y atletas practicantes de judo o boxeo), los jóvenes atletas de elite adoptan decisiones conscientes para reducir su ingesta alimentaria con objeto de mantener la esbeltez, el físico prepuberal o para ‘dar el peso’. El consumo adecuado de energía y micronutrientes es esencial para los niños en fase de crecimiento, y las restricciones calóricas y de líquidos durante el entrenamiento físico en la infancia o durante la adolescencia podrían perturbar las regulaciones metabólicas y hormonales que influyen sobre el crecimiento, la maduración, la composición corporal, el ciclo menstrual y la capacidad reproductora, lo que puede incrementar el riesgo de traumatismos como fracturas por sobrecarga. Además, estas estrategias pueden generar trastornos del comer (anorexia y/o bulimia nerviosa), especialmente durante la adolescencia femenina, afectando a la imagen corporal, a la imagen de uno mismo y ocasionando inadaptaciones sociales y emocionales.