{"title":"青少年人群铁给药的有效性和安全性","authors":"Klaus Schümann, N. Solomons","doi":"10.1159/000324429","DOIUrl":null,"url":null,"abstract":"La anemia por carencia de hierro (ACH) del lactante reduce su capacidad cognitiva máxima de por vida y puede poner en riesgo la vida de una madre adolescente en el parto. La administración de hierro es un componente de las estrategias encaminadas a prevenir o invertir la carencia de hierro (CH), y el hierro puede administrarse por vía parenteral o mediante aportes complementarios o alimentos enriquecidos por vía oral. Pueden suscitarse problemas de seguridad en el lugar de administración, es decir, en la luz intestinal, que aparecerían a partir de las intervenciones como consecuencia de depósitos de hierro excesivos. Las mejoras recientes en la farmacología de los compuestos de hierro parenterales despejan el camino en terapia pediátrica e incluso en salud pública. El aporte complementario de hierro por vía oral, habitualmente junto al ácido fólico, es el tratamiento principal de la ACH en el entorno clínico. A menudo se combina con múltiples micronutrientes y se utiliza también para la resolución de la anemia grave en el ámbito extrahospitalario y para la profilaxis en la población no anémica. El enriquecimiento de alimentos básicos (como harina) o alimentos (leche para lactantes, alimentos complementarios) y bebidas específicos de la edad son los métodos habituales para la profilaxis de la CH. Se dispone de preparados especiales ricos en hierro (polvos, comprimidos disgregables, productos comestibles para untar) destinados al enriquecimiento casero. El bioenriquecimiento, es decir, el enriquecimiento del contenido en hierro de cosechas durante el cultivo es un abordaje novedoso que todavía tiene que ser puesto en práctica o evaluado íntegramente en relación con niños. En la luz intestinal se observan efectos secundarios y signos tóxicos tras la ingestión oral de hierro. Después de la administración oral y parenteral, el aumento del hierro circulatorio puede incrementar el riesgo de complicaciones a partir de infecciones coexistentes, especialmente en el caso del paludismo, y cuando el estado individual de hierro es suficiente. Se produce un deterioro del crecimiento en caso de exposición de niños con suficiencia de hierro a intervenciones con este nutriente, de manera que parece aconsejable orientar el hierro a individuos afectados de CH. Aparecen numerosas consecuencias adversas por la acumulación de depósitos de hierro excesivos en todo el cuerpo como resultado de la agresión oxidativa mediada por hierro. La maduración incompleta de la homeostasis del hierro puede permitir una mayor absorción de hierro antes de los 6 meses de edad.","PeriodicalId":166535,"journal":{"name":"Annales Nestlé (Ed. española)","volume":"13 1","pages":"0"},"PeriodicalIF":0.0000,"publicationDate":"2011-03-01","publicationTypes":"Journal Article","fieldsOfStudy":null,"isOpenAccess":false,"openAccessPdf":"","citationCount":"0","resultStr":"{\"title\":\"Eficacia y seguridad de la administración de hierro en poblaciones juveniles\",\"authors\":\"Klaus Schümann, N. Solomons\",\"doi\":\"10.1159/000324429\",\"DOIUrl\":null,\"url\":null,\"abstract\":\"La anemia por carencia de hierro (ACH) del lactante reduce su capacidad cognitiva máxima de por vida y puede poner en riesgo la vida de una madre adolescente en el parto. 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Eficacia y seguridad de la administración de hierro en poblaciones juveniles
La anemia por carencia de hierro (ACH) del lactante reduce su capacidad cognitiva máxima de por vida y puede poner en riesgo la vida de una madre adolescente en el parto. La administración de hierro es un componente de las estrategias encaminadas a prevenir o invertir la carencia de hierro (CH), y el hierro puede administrarse por vía parenteral o mediante aportes complementarios o alimentos enriquecidos por vía oral. Pueden suscitarse problemas de seguridad en el lugar de administración, es decir, en la luz intestinal, que aparecerían a partir de las intervenciones como consecuencia de depósitos de hierro excesivos. Las mejoras recientes en la farmacología de los compuestos de hierro parenterales despejan el camino en terapia pediátrica e incluso en salud pública. El aporte complementario de hierro por vía oral, habitualmente junto al ácido fólico, es el tratamiento principal de la ACH en el entorno clínico. A menudo se combina con múltiples micronutrientes y se utiliza también para la resolución de la anemia grave en el ámbito extrahospitalario y para la profilaxis en la población no anémica. El enriquecimiento de alimentos básicos (como harina) o alimentos (leche para lactantes, alimentos complementarios) y bebidas específicos de la edad son los métodos habituales para la profilaxis de la CH. Se dispone de preparados especiales ricos en hierro (polvos, comprimidos disgregables, productos comestibles para untar) destinados al enriquecimiento casero. El bioenriquecimiento, es decir, el enriquecimiento del contenido en hierro de cosechas durante el cultivo es un abordaje novedoso que todavía tiene que ser puesto en práctica o evaluado íntegramente en relación con niños. En la luz intestinal se observan efectos secundarios y signos tóxicos tras la ingestión oral de hierro. Después de la administración oral y parenteral, el aumento del hierro circulatorio puede incrementar el riesgo de complicaciones a partir de infecciones coexistentes, especialmente en el caso del paludismo, y cuando el estado individual de hierro es suficiente. Se produce un deterioro del crecimiento en caso de exposición de niños con suficiencia de hierro a intervenciones con este nutriente, de manera que parece aconsejable orientar el hierro a individuos afectados de CH. Aparecen numerosas consecuencias adversas por la acumulación de depósitos de hierro excesivos en todo el cuerpo como resultado de la agresión oxidativa mediada por hierro. La maduración incompleta de la homeostasis del hierro puede permitir una mayor absorción de hierro antes de los 6 meses de edad.