{"title":"来自英国的种族语言学视角","authors":"Ian Cushing","doi":"10.1111/josl.12637","DOIUrl":null,"url":null,"abstract":"<p>En 2023, me invitaron a dar una charla sobre el resurgimiento del pensamiento deficitario en las escuelas de Inglaterra y cómo las políticas educativas contemporáneas reproducen ideologías raciolingüísticas, las cuales enmarcan las prácticas lingüísticas de les niñes racializades y de clase trabajadora como si estuvieran sufriendo de carencias debilitantes. Después de la charla, un profesor blanco comentó que el pensamiento deficitario trataba más de la clase que la raza, y que los estudios que se enfocan en la raza corrían el riesgo de minimizar las luchas sociolingüísticas de la clase trabajadora blanca. He sido testigo del despliegue de las mismas ansiedades en la evaluación por pares, donde les sociolingüistes del Reino Unido parecen incomódes por los estudios que centran la raza y el colonialismo, a pesar de las lógicas coloniales que se encuentran al centro de la disciplina (Heller y McElhinny <span>2022</span>). Esto es particularmente preocupante dado que la sociolingüística surgió simultáneamente con la organización anticolonial del Movimiento de Poder Negro en los años 1960, lo cual representaba el activismo comunitario que involucraba la exposición de la vigilancia antinegra sistémica de las prácticas lingüísticas en las escuelas.</p><p>El artículo de Flores y Rosa en el presente diálogo expresa cómo una perspectiva raciolingüística nos invita a interrogar las raíces coloniales de la sociolingüística y cómo se han empujado los asuntos de la raza, el colonialismo y la supremacía blanca a los márgenes disciplinarios. Una perspectiva raciolingüística busca deshacer asunciones dadas por sentadas sobre la lengua, la raza y la clase para interrogar cómo las lógicas coloniales británicas siguen dando forma a la sociedad moderna. Este enfoque interseccional ha sido fundamental al surgimiento de una perspectiva raciolingüística desde el Reino Unido que ha examinado la naturaleza mutuamente constitutiva de la raza, la clase y la lengua en contextos diferentes, incluyendo en las escuelas (Cushing, <span>2022</span>; Cushing y Snell, <span>2023</span>; Li Wei y García <span>2022</span>), en el proceso de ciudadanía del Reino Unido (Khan, <span>2021</span>), en la terapia del lenguaje, fonoaudiología y logopedia (<span>Farah f.c</span>.) y en zonas urbanas con altas poblaciones del sur de Asia (Sharma, <span>2016</span>; véase también Harris, <span>2006</span>). Estas investigaciones continúan una historia larga de estudios producidos por académiques marginalizades que expusieron cómo las lógicas coloniales y supremacistas blancos deslegitimaron las practicas lingüísticas de comunidades racializadas a mediados del siglo XX (p. ej., Coard, <span>1971</span>; Singh, <span>1988</span>). Sin embargo, estos nombres son típicamente borrados en los relatos históricos de les sociolingüistes del Reino Unido (véase Gilmour, <span>2020</span> para una excepción) de la misma manera en que el colonialismo y la antinegrura a menudo se pasan por alto en proyectos que investigan el llamado inglés multicultural de Londres. La necesidad de que les sociolingüistes del Reino Unido presten atención a la colonialidad es cada vez más urgente dados los intentos enérgicos del estado de negar la existencia del racismo institucional, censurar los esfuerzos anticoloniales en escuelas y universidades, y proyectar la imagen del niño blanco de clase trabajadora como víctima de la diversidad étnica (Shafi y Nagdee <span>2022</span>). Como argumentan Flores y Rosa, les sociolingüistes desempeñan un papel importante para descubrir cómo las percepciones del lenguaje son centrales en las expresiones específicas del racismo en la sociedad británica contemporánea, lo cual nos empuja a desuniversalizar formas de ser y saber que tienen sus raíces en nociones de la blancura idealizada y que han dado forma al estudio de la sociolingüística durante mucho tiempo.</p><p>Escribo este comentario desde Gran Bretaña, cuyo colonialismo, misiones cristianas y esclavitud de las poblaciones africanas y negras dieron forma al mundo moderno y siguen produciendo distinciones entre blancura y no-blancura. Entender la supremacía blanca global que les britániques diseñaron es clave para entender cómo las ideologías raciolingüísticas fueron centrales a los esfuerzos deshumanizantes del imperialismo británico en el cual las poblaciones africanas e indígenas eran representadas cómo incapaces de producir una lengua legítima (Smith, <span>2009</span>). Estas ideologías lingüísticas colonialmente situadas siguen definiendo cuáles comunidades suelen ser percibidas más legitimas que otras, pero han sido descartadas o ignoradas en los estudios sociolingüísticos canónicos del Reino Unido. Tomando la iniciativa de Flores y Rosa, les sociolingüistes pueden adoptar una perspectiva raciolingüística para deshacer y desuniversalizar estas suposiciones a partir de ‘la interrogación crítica de formas de ser y saber que surgieron juntas con la globalización del colonialismo europeo’ (este diálogo).</p><p>El artículo de Flores y Rosa en el presente diálogo expresa cómo una perspectiva raciolingüística provee una infraestructura para interrogar cómo el racismo y el colonialismo formaron la base intelectual de la sociolingüística. Los fundamentos de la sociolingüística británica fueron construidos por hombres blancos sin discapacidad cuyo trabajo se basaba en las afirmaciones universalizadoras sobre la lengua, los cuerpos y la persona. El crecimiento de la dialectología europea a mediados del siglo XIX produjo fronteras lingüísticas a través de las descripciones de variación lingüística que naturalizaron la raza y el lenguaje; por ejemplo, las isoglosas en mapas creadas por la delineación de fronteras nacionales. Los proyectos de dialectólogues a mediados del siglo XX, como la encuesta que buscó describir los dialectos de Inglaterra y Gales (Survey of English Dialects) entre 1951–1961, basaron sus documentaciones de normatividad lingüística en la normatividad biológica, al buscar activamente informantes informantes que eran varones, blancos, sin discapacidades, nativos, que vivían en zonas rurales y que tenían ‘bocas, dientes y audición sanos’ (Orton et al., <span>1978</span>, p. 3). El surgimiento de la sociolingüística británica laboviana en la segunda mitad del siglo XX cambió la atención a las zonas urbanas y a la vez se puso en línea con una narración progresista liberal en la cual sus participantes proclamaban estar en solidaridad con las comunidades estigmatizadas y estar motivados por el bajo rendimiento de les niñes de clase trabajadora en las escuelas. Como argumentan Flores y Rosa en este diálogo, la sociolingüística continúa estando formada por estas lógicas serviciales que sugieren que la panacea para las injusticias sociales son las reformas modestas basadas en el lenguaje. Estas poses de benevolencia se ensayaron y refinaron por primera vez durante el colonialismo británico (Chapman y Withers <span>2019</span>).</p><p>A menudo, les sociolingüistes en Inglaterra han posicionado su trabajo como una defensa de las prácticas lingüísticas que les niñes de clase trabajadora emplean en el hogar, pero en formas que prestan poca atención a las estructuras de la supremacía blanca y las historias coloniales de las lenguas y variedades nombradas (Halliday, <span>1978</span>; Le Page, <span>1968</span>; Trudgill, <span>1975</span>). Dichos esfuerzos sugieren que la mejor manera de apoyar a las comunidades estigmatizadas es a través de la afirmación de sus formas de comunicar, que les lingüistes consideran como un conjunto empírico de prácticas lingüísticas no estandarizadas y no académicas, para luego usarlas como un puente para adquirir el lenguaje estandarizado y académico con la confianza de que esto les proporcionará justicia social. Estos intentos siguen informando los programas de educación compensatoria en formas que convierten las ideologías de déficit lingüístico en ganancia económica (véase Cushing, <span>2022, 2023</span>). Tales esfuerzos se contrastan fuertemente con los de lingüistes-activistes negres como Ansel Wong y Roxy Harris, ambos afiliados con el Black Education Movement y les Brixton Black Panthers, quienes trabajaron estrechamente en los años de 1970 con la Inner London Educational Authority para diseñar materiales escolares antirracistas que tenían sus raíces en las luchas con las cuales las comunidades racializadas se enfrentaban. Sus esfuerzos inspiraron estudios similares hoy en día (p. ej., Thompson, <span>2022</span>), especialmente, como Flores y Rosa piden, aquelles que ponen atención particular a las historias y jerarquías que incorporan la sociedad contemporánea como un medio para acabar con las injusticias raciales.</p><p>Las ideologías raciolingüísticas eran esenciales a los escritos de les colonizadores con respecto a sus representaciones de las comunidades negras, africanas e indígenas, las cuales se usaban para justificar el genocidio, la explotación, la ocupación y la erradicación completa de los mundos vitales indígenas. Existe una larga historia que considera los desafíos de la clase trabajadora blanca británica análogos a las poblaciones negras colonizadas y esclavizadas, con percepciones sobre las supuestas prácticas ociosas de la clase trabajadora blanca para situarlas en los límites de la propia blancura (Shilliam, <span>2018</span>). Flores y Rosa demuestran que prestar atención al dinamismo de la blancura y a las fronteras raciales es clave a una perspectiva raciolingüística que trata de deshacer las suposiciones naturalizadas sobre la lengua. Les sociolingüistes britániques que defienden el cambio de código y sus varios derivados—incluso aquellos que aluden brevemente a la desnaturalización de la co-construcción de la raza y el lenguaje (p. ej., Rampton, <span>1995</span>)—han dejado intactas las historias coloniales y las condiciones de las lenguas y variedades nombradas. Estos enfoques supuestamente progresistas se encuentran también en el concepto sociolingüístico de la superdiversidad, que presta poca atención a las largas historias coloniales europeas y cómo estas siguen moldeando la sociedad moderna. Si bien les proponentes de la conciencia crítica del lenguaje en el Reino Unido por general afirman que rechazan los modelos de la educación de lenguas basados en niveles artificiales de adecuación lingüística, como los critican Flores y Rosa, no han prestado atención—o por lo menos muy poca—a la raza (p. ej., Fairclough, <span>1992</span>).</p><p>Una perspectiva raciolingüística se preocupa menos por la documentación de prácticas lingüísticas empíricas, que naturaliza las relaciones forma-identidad, y se preocupa más por mostrar cómo, incluso cuando se percibe que los hablantes racializados “cambian” o “cruzan” a una variedad lingüística enregistrada con una blancura idealizada, éstos seguirán enfrentándose a la estigmatización. Esto se debe a que las percepciones sobre el lenguaje están moldeadas por ideologías coloniales, políticas y económicamente situadas. En dialogo con el translenguar, el cual en sí es un proyecto descolonizante que surgió del contexto galés (Lewis et al., <span>2012</span>; véase Li Wei y García <span>2022</span>), una perspectiva raciolingüística intenta problematizar las fronteras y los cruces fronterizos que dependen del estatus de las lenguas y variedades nombradas que les lingüistes han centrado y reproducido en sus investigaciones. Esta problematización requiere una teoría de cambio que se enfoca en la abolición de sistemas de dominación entrelazados, incluyendo el capitalismo racial, la antinegrura y la supremacía blanca. Tal enfoque se preocupa menos en documentar en qué punto se atraviesa una frontera, y más en indagar cómo dichas fronteras se diseñaron como parte del proyecto colonial británico y cómo siguen siendo vigiladas. Como Flores y Rosa enfatizan, este alejamiento de les hablantes individualizades hacia les oyentes situados sociopolíticamente es crucial si les sociolingüistes desean evitar “reproducir representaciones estereotipadas de la otredad lingüística que se centran estrechamente en las estructuras lingüísticas en lugar de las estructuras políticas y económicas” (este diálogo).</p><p>Les sociolingüistes en Gran Bretaña han luchado contra el prejuicio basado en niveles artificiales de adecuación lingüística durante décadas. Algunos de estos esfuerzos quizás parezcan liberadores, pero tienen sus raíces en el pensamiento deficitario, que responsabiliza al individuo de la necesidad de modificarse (véase Snell, <span>2018</span> para una discusión). Una perspectiva raciolingüística nos empuja a interrogar cómo la clase trabajadora en Gran Bretaña fue constitucionalizada a través del colonialismo y cómo más tarde, la racialización y la criminalización de las comunidades estigmatizadas estructuraron la reforma del bienestar y las políticas de austeridad. Prestando atención a cómo los asuntos de violencia estatal están vinculados a la violencia lingüística racializada, les sociolingüistes en Gran Bretaña pueden centrar sus esfuerzos en la transformación de estructuras opresivas en lugar de individues oprimides y, como argumentan Flores y Rosa, ‘desafiar teorías de cambio enfocadas en la modificación del comportamiento lingüístico del sujeto racializado’ (este diálogo). Más allá de la academia, los abogados y activistes negres (e.g. No More Exclusions, <span>2022</span>; Thompson, <span>2022</span>) participan en esfuerzos abolicionistas por una justicia lingüística transformadora en combinación con esfuerzos más amplios que se enfocan en cambios estructurales relacionados con la anti-negritud en escuelas y el racismo policiaco institucional. Similarmente, les terapeutes del habla y del lenguaje negres han forjado colaboraciones comunitarias que rechazan metodologías de patologización del lenguaje construidas sobre las lógicas supremacistas blancas (<span>Farah f.c</span>.). Todo el mundo puede tomar inspiración de este trabajo para tener una teoría antirracista y tangible en la sociolingüística. Como han demostrado Flores y Rosa, nuestros esfuerzos colectivos no deben radicar en buscar modificar actitudes individuales sino en cuestionar los fundamentos y legados coloniales que han dado forma a las narraciones normativas, metodologías y suposiciones teóricas sobre las cuales se diseña la sociolingüística basada en el Reino Unido. A la vez, Flores y Rosa advierten que estos esfuerzos no se realicen en aislamiento disciplinario por les académiques considerades ‘raciolingüistes’, y nos instan a todes a considerar las lógicas coloniales que se sitúan justo en el núcleo de los estudios sociolingüísticos en el Reino Unido.</p><p>Muchas gracias a Gabriella Licata (Universidad de California, Riverside), que tradujo la versión en inglés al español.</p>","PeriodicalId":51486,"journal":{"name":"Journal of Sociolinguistics","volume":"27 5","pages":"478-482"},"PeriodicalIF":1.5000,"publicationDate":"2023-10-16","publicationTypes":"Journal Article","fieldsOfStudy":null,"isOpenAccess":false,"openAccessPdf":"https://onlinelibrary.wiley.com/doi/epdf/10.1111/josl.12637","citationCount":"0","resultStr":"{\"title\":\"Una perspectiva raciolingüística desde el Reino Unido\",\"authors\":\"Ian Cushing\",\"doi\":\"10.1111/josl.12637\",\"DOIUrl\":null,\"url\":null,\"abstract\":\"<p>En 2023, me invitaron a dar una charla sobre el resurgimiento del pensamiento deficitario en las escuelas de Inglaterra y cómo las políticas educativas contemporáneas reproducen ideologías raciolingüísticas, las cuales enmarcan las prácticas lingüísticas de les niñes racializades y de clase trabajadora como si estuvieran sufriendo de carencias debilitantes. 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Tomando la iniciativa de Flores y Rosa, les sociolingüistes pueden adoptar una perspectiva raciolingüística para deshacer y desuniversalizar estas suposiciones a partir de ‘la interrogación crítica de formas de ser y saber que surgieron juntas con la globalización del colonialismo europeo’ (este diálogo).</p><p>El artículo de Flores y Rosa en el presente diálogo expresa cómo una perspectiva raciolingüística provee una infraestructura para interrogar cómo el racismo y el colonialismo formaron la base intelectual de la sociolingüística. Los fundamentos de la sociolingüística británica fueron construidos por hombres blancos sin discapacidad cuyo trabajo se basaba en las afirmaciones universalizadoras sobre la lengua, los cuerpos y la persona. El crecimiento de la dialectología europea a mediados del siglo XIX produjo fronteras lingüísticas a través de las descripciones de variación lingüística que naturalizaron la raza y el lenguaje; por ejemplo, las isoglosas en mapas creadas por la delineación de fronteras nacionales. Los proyectos de dialectólogues a mediados del siglo XX, como la encuesta que buscó describir los dialectos de Inglaterra y Gales (Survey of English Dialects) entre 1951–1961, basaron sus documentaciones de normatividad lingüística en la normatividad biológica, al buscar activamente informantes informantes que eran varones, blancos, sin discapacidades, nativos, que vivían en zonas rurales y que tenían ‘bocas, dientes y audición sanos’ (Orton et al., <span>1978</span>, p. 3). El surgimiento de la sociolingüística británica laboviana en la segunda mitad del siglo XX cambió la atención a las zonas urbanas y a la vez se puso en línea con una narración progresista liberal en la cual sus participantes proclamaban estar en solidaridad con las comunidades estigmatizadas y estar motivados por el bajo rendimiento de les niñes de clase trabajadora en las escuelas. Como argumentan Flores y Rosa en este diálogo, la sociolingüística continúa estando formada por estas lógicas serviciales que sugieren que la panacea para las injusticias sociales son las reformas modestas basadas en el lenguaje. Estas poses de benevolencia se ensayaron y refinaron por primera vez durante el colonialismo británico (Chapman y Withers <span>2019</span>).</p><p>A menudo, les sociolingüistes en Inglaterra han posicionado su trabajo como una defensa de las prácticas lingüísticas que les niñes de clase trabajadora emplean en el hogar, pero en formas que prestan poca atención a las estructuras de la supremacía blanca y las historias coloniales de las lenguas y variedades nombradas (Halliday, <span>1978</span>; Le Page, <span>1968</span>; Trudgill, <span>1975</span>). Dichos esfuerzos sugieren que la mejor manera de apoyar a las comunidades estigmatizadas es a través de la afirmación de sus formas de comunicar, que les lingüistes consideran como un conjunto empírico de prácticas lingüísticas no estandarizadas y no académicas, para luego usarlas como un puente para adquirir el lenguaje estandarizado y académico con la confianza de que esto les proporcionará justicia social. Estos intentos siguen informando los programas de educación compensatoria en formas que convierten las ideologías de déficit lingüístico en ganancia económica (véase Cushing, <span>2022, 2023</span>). Tales esfuerzos se contrastan fuertemente con los de lingüistes-activistes negres como Ansel Wong y Roxy Harris, ambos afiliados con el Black Education Movement y les Brixton Black Panthers, quienes trabajaron estrechamente en los años de 1970 con la Inner London Educational Authority para diseñar materiales escolares antirracistas que tenían sus raíces en las luchas con las cuales las comunidades racializadas se enfrentaban. Sus esfuerzos inspiraron estudios similares hoy en día (p. ej., Thompson, <span>2022</span>), especialmente, como Flores y Rosa piden, aquelles que ponen atención particular a las historias y jerarquías que incorporan la sociedad contemporánea como un medio para acabar con las injusticias raciales.</p><p>Las ideologías raciolingüísticas eran esenciales a los escritos de les colonizadores con respecto a sus representaciones de las comunidades negras, africanas e indígenas, las cuales se usaban para justificar el genocidio, la explotación, la ocupación y la erradicación completa de los mundos vitales indígenas. Existe una larga historia que considera los desafíos de la clase trabajadora blanca británica análogos a las poblaciones negras colonizadas y esclavizadas, con percepciones sobre las supuestas prácticas ociosas de la clase trabajadora blanca para situarlas en los límites de la propia blancura (Shilliam, <span>2018</span>). 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Si bien les proponentes de la conciencia crítica del lenguaje en el Reino Unido por general afirman que rechazan los modelos de la educación de lenguas basados en niveles artificiales de adecuación lingüística, como los critican Flores y Rosa, no han prestado atención—o por lo menos muy poca—a la raza (p. ej., Fairclough, <span>1992</span>).</p><p>Una perspectiva raciolingüística se preocupa menos por la documentación de prácticas lingüísticas empíricas, que naturaliza las relaciones forma-identidad, y se preocupa más por mostrar cómo, incluso cuando se percibe que los hablantes racializados “cambian” o “cruzan” a una variedad lingüística enregistrada con una blancura idealizada, éstos seguirán enfrentándose a la estigmatización. Esto se debe a que las percepciones sobre el lenguaje están moldeadas por ideologías coloniales, políticas y económicamente situadas. En dialogo con el translenguar, el cual en sí es un proyecto descolonizante que surgió del contexto galés (Lewis et al., <span>2012</span>; véase Li Wei y García <span>2022</span>), una perspectiva raciolingüística intenta problematizar las fronteras y los cruces fronterizos que dependen del estatus de las lenguas y variedades nombradas que les lingüistes han centrado y reproducido en sus investigaciones. Esta problematización requiere una teoría de cambio que se enfoca en la abolición de sistemas de dominación entrelazados, incluyendo el capitalismo racial, la antinegrura y la supremacía blanca. Tal enfoque se preocupa menos en documentar en qué punto se atraviesa una frontera, y más en indagar cómo dichas fronteras se diseñaron como parte del proyecto colonial británico y cómo siguen siendo vigiladas. Como Flores y Rosa enfatizan, este alejamiento de les hablantes individualizades hacia les oyentes situados sociopolíticamente es crucial si les sociolingüistes desean evitar “reproducir representaciones estereotipadas de la otredad lingüística que se centran estrechamente en las estructuras lingüísticas en lugar de las estructuras políticas y económicas” (este diálogo).</p><p>Les sociolingüistes en Gran Bretaña han luchado contra el prejuicio basado en niveles artificiales de adecuación lingüística durante décadas. Algunos de estos esfuerzos quizás parezcan liberadores, pero tienen sus raíces en el pensamiento deficitario, que responsabiliza al individuo de la necesidad de modificarse (véase Snell, <span>2018</span> para una discusión). Una perspectiva raciolingüística nos empuja a interrogar cómo la clase trabajadora en Gran Bretaña fue constitucionalizada a través del colonialismo y cómo más tarde, la racialización y la criminalización de las comunidades estigmatizadas estructuraron la reforma del bienestar y las políticas de austeridad. Prestando atención a cómo los asuntos de violencia estatal están vinculados a la violencia lingüística racializada, les sociolingüistes en Gran Bretaña pueden centrar sus esfuerzos en la transformación de estructuras opresivas en lugar de individues oprimides y, como argumentan Flores y Rosa, ‘desafiar teorías de cambio enfocadas en la modificación del comportamiento lingüístico del sujeto racializado’ (este diálogo). Más allá de la academia, los abogados y activistes negres (e.g. No More Exclusions, <span>2022</span>; Thompson, <span>2022</span>) participan en esfuerzos abolicionistas por una justicia lingüística transformadora en combinación con esfuerzos más amplios que se enfocan en cambios estructurales relacionados con la anti-negritud en escuelas y el racismo policiaco institucional. Similarmente, les terapeutes del habla y del lenguaje negres han forjado colaboraciones comunitarias que rechazan metodologías de patologización del lenguaje construidas sobre las lógicas supremacistas blancas (<span>Farah f.c</span>.). Todo el mundo puede tomar inspiración de este trabajo para tener una teoría antirracista y tangible en la sociolingüística. Como han demostrado Flores y Rosa, nuestros esfuerzos colectivos no deben radicar en buscar modificar actitudes individuales sino en cuestionar los fundamentos y legados coloniales que han dado forma a las narraciones normativas, metodologías y suposiciones teóricas sobre las cuales se diseña la sociolingüística basada en el Reino Unido. A la vez, Flores y Rosa advierten que estos esfuerzos no se realicen en aislamiento disciplinario por les académiques considerades ‘raciolingüistes’, y nos instan a todes a considerar las lógicas coloniales que se sitúan justo en el núcleo de los estudios sociolingüísticos en el Reino Unido.</p><p>Muchas gracias a Gabriella Licata (Universidad de California, Riverside), que tradujo la versión en inglés al español.</p>\",\"PeriodicalId\":51486,\"journal\":{\"name\":\"Journal of Sociolinguistics\",\"volume\":\"27 5\",\"pages\":\"478-482\"},\"PeriodicalIF\":1.5000,\"publicationDate\":\"2023-10-16\",\"publicationTypes\":\"Journal Article\",\"fieldsOfStudy\":null,\"isOpenAccess\":false,\"openAccessPdf\":\"https://onlinelibrary.wiley.com/doi/epdf/10.1111/josl.12637\",\"citationCount\":\"0\",\"resultStr\":null,\"platform\":\"Semanticscholar\",\"paperid\":null,\"PeriodicalName\":\"Journal of Sociolinguistics\",\"FirstCategoryId\":\"98\",\"ListUrlMain\":\"https://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/josl.12637\",\"RegionNum\":1,\"RegionCategory\":\"文学\",\"ArticlePicture\":[],\"TitleCN\":null,\"AbstractTextCN\":null,\"PMCID\":null,\"EPubDate\":\"\",\"PubModel\":\"\",\"JCR\":\"Q2\",\"JCRName\":\"LINGUISTICS\",\"Score\":null,\"Total\":0}","platform":"Semanticscholar","paperid":null,"PeriodicalName":"Journal of Sociolinguistics","FirstCategoryId":"98","ListUrlMain":"https://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/josl.12637","RegionNum":1,"RegionCategory":"文学","ArticlePicture":[],"TitleCN":null,"AbstractTextCN":null,"PMCID":null,"EPubDate":"","PubModel":"","JCR":"Q2","JCRName":"LINGUISTICS","Score":null,"Total":0}
Una perspectiva raciolingüística desde el Reino Unido
En 2023, me invitaron a dar una charla sobre el resurgimiento del pensamiento deficitario en las escuelas de Inglaterra y cómo las políticas educativas contemporáneas reproducen ideologías raciolingüísticas, las cuales enmarcan las prácticas lingüísticas de les niñes racializades y de clase trabajadora como si estuvieran sufriendo de carencias debilitantes. Después de la charla, un profesor blanco comentó que el pensamiento deficitario trataba más de la clase que la raza, y que los estudios que se enfocan en la raza corrían el riesgo de minimizar las luchas sociolingüísticas de la clase trabajadora blanca. He sido testigo del despliegue de las mismas ansiedades en la evaluación por pares, donde les sociolingüistes del Reino Unido parecen incomódes por los estudios que centran la raza y el colonialismo, a pesar de las lógicas coloniales que se encuentran al centro de la disciplina (Heller y McElhinny 2022). Esto es particularmente preocupante dado que la sociolingüística surgió simultáneamente con la organización anticolonial del Movimiento de Poder Negro en los años 1960, lo cual representaba el activismo comunitario que involucraba la exposición de la vigilancia antinegra sistémica de las prácticas lingüísticas en las escuelas.
El artículo de Flores y Rosa en el presente diálogo expresa cómo una perspectiva raciolingüística nos invita a interrogar las raíces coloniales de la sociolingüística y cómo se han empujado los asuntos de la raza, el colonialismo y la supremacía blanca a los márgenes disciplinarios. Una perspectiva raciolingüística busca deshacer asunciones dadas por sentadas sobre la lengua, la raza y la clase para interrogar cómo las lógicas coloniales británicas siguen dando forma a la sociedad moderna. Este enfoque interseccional ha sido fundamental al surgimiento de una perspectiva raciolingüística desde el Reino Unido que ha examinado la naturaleza mutuamente constitutiva de la raza, la clase y la lengua en contextos diferentes, incluyendo en las escuelas (Cushing, 2022; Cushing y Snell, 2023; Li Wei y García 2022), en el proceso de ciudadanía del Reino Unido (Khan, 2021), en la terapia del lenguaje, fonoaudiología y logopedia (Farah f.c.) y en zonas urbanas con altas poblaciones del sur de Asia (Sharma, 2016; véase también Harris, 2006). Estas investigaciones continúan una historia larga de estudios producidos por académiques marginalizades que expusieron cómo las lógicas coloniales y supremacistas blancos deslegitimaron las practicas lingüísticas de comunidades racializadas a mediados del siglo XX (p. ej., Coard, 1971; Singh, 1988). Sin embargo, estos nombres son típicamente borrados en los relatos históricos de les sociolingüistes del Reino Unido (véase Gilmour, 2020 para una excepción) de la misma manera en que el colonialismo y la antinegrura a menudo se pasan por alto en proyectos que investigan el llamado inglés multicultural de Londres. La necesidad de que les sociolingüistes del Reino Unido presten atención a la colonialidad es cada vez más urgente dados los intentos enérgicos del estado de negar la existencia del racismo institucional, censurar los esfuerzos anticoloniales en escuelas y universidades, y proyectar la imagen del niño blanco de clase trabajadora como víctima de la diversidad étnica (Shafi y Nagdee 2022). Como argumentan Flores y Rosa, les sociolingüistes desempeñan un papel importante para descubrir cómo las percepciones del lenguaje son centrales en las expresiones específicas del racismo en la sociedad británica contemporánea, lo cual nos empuja a desuniversalizar formas de ser y saber que tienen sus raíces en nociones de la blancura idealizada y que han dado forma al estudio de la sociolingüística durante mucho tiempo.
Escribo este comentario desde Gran Bretaña, cuyo colonialismo, misiones cristianas y esclavitud de las poblaciones africanas y negras dieron forma al mundo moderno y siguen produciendo distinciones entre blancura y no-blancura. Entender la supremacía blanca global que les britániques diseñaron es clave para entender cómo las ideologías raciolingüísticas fueron centrales a los esfuerzos deshumanizantes del imperialismo británico en el cual las poblaciones africanas e indígenas eran representadas cómo incapaces de producir una lengua legítima (Smith, 2009). Estas ideologías lingüísticas colonialmente situadas siguen definiendo cuáles comunidades suelen ser percibidas más legitimas que otras, pero han sido descartadas o ignoradas en los estudios sociolingüísticos canónicos del Reino Unido. Tomando la iniciativa de Flores y Rosa, les sociolingüistes pueden adoptar una perspectiva raciolingüística para deshacer y desuniversalizar estas suposiciones a partir de ‘la interrogación crítica de formas de ser y saber que surgieron juntas con la globalización del colonialismo europeo’ (este diálogo).
El artículo de Flores y Rosa en el presente diálogo expresa cómo una perspectiva raciolingüística provee una infraestructura para interrogar cómo el racismo y el colonialismo formaron la base intelectual de la sociolingüística. Los fundamentos de la sociolingüística británica fueron construidos por hombres blancos sin discapacidad cuyo trabajo se basaba en las afirmaciones universalizadoras sobre la lengua, los cuerpos y la persona. El crecimiento de la dialectología europea a mediados del siglo XIX produjo fronteras lingüísticas a través de las descripciones de variación lingüística que naturalizaron la raza y el lenguaje; por ejemplo, las isoglosas en mapas creadas por la delineación de fronteras nacionales. Los proyectos de dialectólogues a mediados del siglo XX, como la encuesta que buscó describir los dialectos de Inglaterra y Gales (Survey of English Dialects) entre 1951–1961, basaron sus documentaciones de normatividad lingüística en la normatividad biológica, al buscar activamente informantes informantes que eran varones, blancos, sin discapacidades, nativos, que vivían en zonas rurales y que tenían ‘bocas, dientes y audición sanos’ (Orton et al., 1978, p. 3). El surgimiento de la sociolingüística británica laboviana en la segunda mitad del siglo XX cambió la atención a las zonas urbanas y a la vez se puso en línea con una narración progresista liberal en la cual sus participantes proclamaban estar en solidaridad con las comunidades estigmatizadas y estar motivados por el bajo rendimiento de les niñes de clase trabajadora en las escuelas. Como argumentan Flores y Rosa en este diálogo, la sociolingüística continúa estando formada por estas lógicas serviciales que sugieren que la panacea para las injusticias sociales son las reformas modestas basadas en el lenguaje. Estas poses de benevolencia se ensayaron y refinaron por primera vez durante el colonialismo británico (Chapman y Withers 2019).
A menudo, les sociolingüistes en Inglaterra han posicionado su trabajo como una defensa de las prácticas lingüísticas que les niñes de clase trabajadora emplean en el hogar, pero en formas que prestan poca atención a las estructuras de la supremacía blanca y las historias coloniales de las lenguas y variedades nombradas (Halliday, 1978; Le Page, 1968; Trudgill, 1975). Dichos esfuerzos sugieren que la mejor manera de apoyar a las comunidades estigmatizadas es a través de la afirmación de sus formas de comunicar, que les lingüistes consideran como un conjunto empírico de prácticas lingüísticas no estandarizadas y no académicas, para luego usarlas como un puente para adquirir el lenguaje estandarizado y académico con la confianza de que esto les proporcionará justicia social. Estos intentos siguen informando los programas de educación compensatoria en formas que convierten las ideologías de déficit lingüístico en ganancia económica (véase Cushing, 2022, 2023). Tales esfuerzos se contrastan fuertemente con los de lingüistes-activistes negres como Ansel Wong y Roxy Harris, ambos afiliados con el Black Education Movement y les Brixton Black Panthers, quienes trabajaron estrechamente en los años de 1970 con la Inner London Educational Authority para diseñar materiales escolares antirracistas que tenían sus raíces en las luchas con las cuales las comunidades racializadas se enfrentaban. Sus esfuerzos inspiraron estudios similares hoy en día (p. ej., Thompson, 2022), especialmente, como Flores y Rosa piden, aquelles que ponen atención particular a las historias y jerarquías que incorporan la sociedad contemporánea como un medio para acabar con las injusticias raciales.
Las ideologías raciolingüísticas eran esenciales a los escritos de les colonizadores con respecto a sus representaciones de las comunidades negras, africanas e indígenas, las cuales se usaban para justificar el genocidio, la explotación, la ocupación y la erradicación completa de los mundos vitales indígenas. Existe una larga historia que considera los desafíos de la clase trabajadora blanca británica análogos a las poblaciones negras colonizadas y esclavizadas, con percepciones sobre las supuestas prácticas ociosas de la clase trabajadora blanca para situarlas en los límites de la propia blancura (Shilliam, 2018). Flores y Rosa demuestran que prestar atención al dinamismo de la blancura y a las fronteras raciales es clave a una perspectiva raciolingüística que trata de deshacer las suposiciones naturalizadas sobre la lengua. Les sociolingüistes britániques que defienden el cambio de código y sus varios derivados—incluso aquellos que aluden brevemente a la desnaturalización de la co-construcción de la raza y el lenguaje (p. ej., Rampton, 1995)—han dejado intactas las historias coloniales y las condiciones de las lenguas y variedades nombradas. Estos enfoques supuestamente progresistas se encuentran también en el concepto sociolingüístico de la superdiversidad, que presta poca atención a las largas historias coloniales europeas y cómo estas siguen moldeando la sociedad moderna. Si bien les proponentes de la conciencia crítica del lenguaje en el Reino Unido por general afirman que rechazan los modelos de la educación de lenguas basados en niveles artificiales de adecuación lingüística, como los critican Flores y Rosa, no han prestado atención—o por lo menos muy poca—a la raza (p. ej., Fairclough, 1992).
Una perspectiva raciolingüística se preocupa menos por la documentación de prácticas lingüísticas empíricas, que naturaliza las relaciones forma-identidad, y se preocupa más por mostrar cómo, incluso cuando se percibe que los hablantes racializados “cambian” o “cruzan” a una variedad lingüística enregistrada con una blancura idealizada, éstos seguirán enfrentándose a la estigmatización. Esto se debe a que las percepciones sobre el lenguaje están moldeadas por ideologías coloniales, políticas y económicamente situadas. En dialogo con el translenguar, el cual en sí es un proyecto descolonizante que surgió del contexto galés (Lewis et al., 2012; véase Li Wei y García 2022), una perspectiva raciolingüística intenta problematizar las fronteras y los cruces fronterizos que dependen del estatus de las lenguas y variedades nombradas que les lingüistes han centrado y reproducido en sus investigaciones. Esta problematización requiere una teoría de cambio que se enfoca en la abolición de sistemas de dominación entrelazados, incluyendo el capitalismo racial, la antinegrura y la supremacía blanca. Tal enfoque se preocupa menos en documentar en qué punto se atraviesa una frontera, y más en indagar cómo dichas fronteras se diseñaron como parte del proyecto colonial británico y cómo siguen siendo vigiladas. Como Flores y Rosa enfatizan, este alejamiento de les hablantes individualizades hacia les oyentes situados sociopolíticamente es crucial si les sociolingüistes desean evitar “reproducir representaciones estereotipadas de la otredad lingüística que se centran estrechamente en las estructuras lingüísticas en lugar de las estructuras políticas y económicas” (este diálogo).
Les sociolingüistes en Gran Bretaña han luchado contra el prejuicio basado en niveles artificiales de adecuación lingüística durante décadas. Algunos de estos esfuerzos quizás parezcan liberadores, pero tienen sus raíces en el pensamiento deficitario, que responsabiliza al individuo de la necesidad de modificarse (véase Snell, 2018 para una discusión). Una perspectiva raciolingüística nos empuja a interrogar cómo la clase trabajadora en Gran Bretaña fue constitucionalizada a través del colonialismo y cómo más tarde, la racialización y la criminalización de las comunidades estigmatizadas estructuraron la reforma del bienestar y las políticas de austeridad. Prestando atención a cómo los asuntos de violencia estatal están vinculados a la violencia lingüística racializada, les sociolingüistes en Gran Bretaña pueden centrar sus esfuerzos en la transformación de estructuras opresivas en lugar de individues oprimides y, como argumentan Flores y Rosa, ‘desafiar teorías de cambio enfocadas en la modificación del comportamiento lingüístico del sujeto racializado’ (este diálogo). Más allá de la academia, los abogados y activistes negres (e.g. No More Exclusions, 2022; Thompson, 2022) participan en esfuerzos abolicionistas por una justicia lingüística transformadora en combinación con esfuerzos más amplios que se enfocan en cambios estructurales relacionados con la anti-negritud en escuelas y el racismo policiaco institucional. Similarmente, les terapeutes del habla y del lenguaje negres han forjado colaboraciones comunitarias que rechazan metodologías de patologización del lenguaje construidas sobre las lógicas supremacistas blancas (Farah f.c.). Todo el mundo puede tomar inspiración de este trabajo para tener una teoría antirracista y tangible en la sociolingüística. Como han demostrado Flores y Rosa, nuestros esfuerzos colectivos no deben radicar en buscar modificar actitudes individuales sino en cuestionar los fundamentos y legados coloniales que han dado forma a las narraciones normativas, metodologías y suposiciones teóricas sobre las cuales se diseña la sociolingüística basada en el Reino Unido. A la vez, Flores y Rosa advierten que estos esfuerzos no se realicen en aislamiento disciplinario por les académiques considerades ‘raciolingüistes’, y nos instan a todes a considerar las lógicas coloniales que se sitúan justo en el núcleo de los estudios sociolingüísticos en el Reino Unido.
Muchas gracias a Gabriella Licata (Universidad de California, Riverside), que tradujo la versión en inglés al español.
期刊介绍:
Journal of Sociolinguistics promotes sociolinguistics as a thoroughly linguistic and thoroughly social-scientific endeavour. The journal is concerned with language in all its dimensions, macro and micro, as formal features or abstract discourses, as situated talk or written text. Data in published articles represent a wide range of languages, regions and situations - from Alune to Xhosa, from Cameroun to Canada, from bulletin boards to dating ads.