Constitución, medio ambiente y ordenación del territorio.

A lo largo del presente trabajo se lleva a estudio la actual situación medioambiental en la que nos encontramos (en España en particular, en el mundo, en general), en la que el Medio Ambiente, es entendido como un conjunto de interrelaciones ecológicas, socioeconómicas y culturales; o bien como un concepto híbrido entre naturaleza y sociedad, cada vez más precisa, en sociedades como la nuestra, de una regulación normativa, pero no una regulación normativa cualquiera, sino una regulación que a la par de eficaz sea sobre todo práctica, poniéndose de manifiesto que, entre todos los temas sociales que los constituyentes de 1978 tendrían que afrontar, el Medioambiental sería sin duda alguna uno de los más innovadores, novedosos y a la vez controvertidos; más aun teniendo en cuenta la por entonces escasa andadura de las cuestiones concernientes al mismo. La actividad protectora y promotora de los poderes públicos que alude el articulado constitucional, en los momentos actuales nos lleva a inducir cómo en sociedades como la nuestra el medio ambiente, en cuanto a derecho, pretende ser encajado dentro de una realidad social regulada y normativizada como la nuestra sustituyendo al clásico concepto de justicia. Así mismo, se analiza la base física habitable en donde las condiciones naturales permiten que se desarrolle la vida en sociedad, una sociedad que al encontrarse eminentemente regularizada y reglada necesita que de alguna manera ese espacio le sea concretado y ordenado (fundamentos y preceptos del espacio geográfico), para de este modo conocer y organizar el entorno que le rodea. Dónde concreta la sociedad el espacio que pretende organizar y ordenar, en el territorio, a través de relaciones administrativas, por medio de relaciones de poder, identificando una determinada realidad histórica, cuestiones que, sin lugar a dudas, incide y repercute en la ordenación del propio territorio.