{"title":"产前和产房的保健","authors":"J. Patkai (Praticien hospitalier)","doi":"10.1016/S1245-1789(23)47444-6","DOIUrl":null,"url":null,"abstract":"<div><p>Al nacer, la adaptación a la vida extrauterina va acompañada de grandes cambios fisiológicos en la circulación cardiopulmonar desencadenada por los primeros movimientos respiratorios y la aireación pulmonar. Esta transición no suele requerir una intervención específica. La atención en la sala de partos corresponde entonces a la aplicación de cuidados de estabilización asociados a la vigilancia clínica de la madre y del niño durante al menos las primeras 2 horas. En alrededor del 10% de los nacimientos, la adaptación a la vida extrauterina no es inmediata y necesitará tratamiento con la aplicación de medidas de reanimación. En ocasiones, estas situaciones pueden identificarse antes del nacimiento y permiten poner en marcha estrategias terapéuticas para mejorar el pronóstico del recién nacido. La prematuridad es la causa principal, y la identificación de un riesgo de parto prematuro lleva a establecer un traslado intrauterino a una maternidad adecuada, así como una corticoterapia de maduración en función del riesgo y del término del embarazo. Por último, también ocurre que la necesidad de reanimación sólo se identifica en el momento del nacimiento. Esto significa que los equipos de maternidad deben contar siempre con personas formadas en técnicas de reanimación. El algoritmo de la reanimación del recién nacido en la sala de partos sigue una progresión en cuatro etapas sucesivas bien codificadas: A es una fase de estabilización, B es la fase de ventilación, C se refiere a las compresiones torácicas y D a administración de adrenalina. La aplicación de las fases A y B suele ser suficiente para restablecer la vitalidad normal; la aplicación de una ventilación con presión positiva eficaz es un momento esencial para la eficacia de las medidas aplicadas. Aparte de las situaciones en las que la autonomía cardiorrespiratoria no es inmediata al nacimiento, determinadas patologías también requieren un control específico. Es el caso de la gran prematuridad y la extrema prematuridad, para las que son necesarias estrategias de lucha contra la hipotermia o de protección de los pulmones. En raras situaciones en las que el pronóstico vital esté comprometido, la atención en la sala de partos consistirá en la aplicación de cuidados paliativos. Estas situaciones se habrán discutido antes del nacimiento con los padres. En todas las situaciones, la atención de un niño al nacer debe garantizar el establecimiento del vínculo parental.</p></div>","PeriodicalId":72894,"journal":{"name":"EMC. 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