IBÁÑEZ-MARTÍN, J. A. (2017) Horizontes para los educadores. Las promociones educativas y la promoción de la plenitud humana. Madrid, Dikynson, 2017.

© Ediciones Universidad de Salamanca / CC BY-NC-ND Teor. educ. 29, 1-2017, pp. 334-336 Por consiguiente, cabe interpretar la tarea educativa como el resultado de encender un fuego y no el de llenar un vaso. La creencia en la necesidad de una educación plena, integral del ser humano, lleva inherente una dimensión ética en el ejercicio de la docencia y, por ende, de la actividad educadora. Porque los profesores, no hará falta decirlo, son vistos por el autor como educadores en el pleno sentido de la palabra, que han de ejercer sus tareas desde el ejemplo y la convicción en unos valores que quieren inculcar –no imponer– a sus alumnos y discípulos. El relativismo moral es visto por el profesor Ibáñez-Martín como un grave impedimento para alcanzar las metas pedagógicas, en la misma línea que la consideración de una sola metodología didáctica para impartir conocimientos, más específicamente la denominada tecnológico-eficientista. La preferencia por perspectivas que podemos considerar como más cualitativas resulta evidente. Las referencias concretas a la situación actual de la actividad docente se contextualizan mayoritariamente en la universidad. Así se explica el rechazo a que la educación se ciña exclusivamente en la preparación para una profesión y un empleo; tampoco en la aceptación pasiva de las normas sociales que conducen a un papel de simple elemento de la sociedad, por no decir de simple súbdito del poder político. Al profesor-educador nuestro autor propone la aplicación de cuatro directrices básicas: cercanía, distancia, entusiasmo y humildad, que deberán actualizarse en las propuestas de formación permanente, junto a la necesaria actualización IBÁÑEZ-MARTÍN, J. A. (2017) Horizontes para los educadores. Las promociones educativas y la promoción de la plenitud humana. Madrid, Dikynson, 2017.