{"title":"婴儿和儿童呼吸功能测试和多导睡眠描记术:实用方面","authors":"N. Beydon , G. Aubertin , J. Taytard","doi":"10.1016/S1245-1789(22)46764-3","DOIUrl":null,"url":null,"abstract":"<div><p>Las pruebas funcionales respiratorias (PFR) y del sueño en los niños requieren una gran experiencia y el uso de técnicas y normas adecuadas. Esto es particularmente cierto en los niños pequeños (preescolares), donde algunas técnicas no son posibles (por ejemplo, la espirometría forzada). Las normas dependen sobre todo del sexo, la edad, la estatura y la etnia de los pacientes, y no pueden extrapolarse de las utilizadas en los adultos. Por lo tanto, deben aplicarse las normas definidas por los expertos a escala nacional e internacional. La PFR busca un síndrome obstructivo o restrictivo, o una combinación de ambos. Las patologías más frecuentemente investigadas en los niños son las bronquiales y, por tanto, las obstructivas, la primera de las cuales es el asma. En este contexto, el estudio de la reactividad bronquial suele efectuarse en forma de pruebas de broncodilatación o broncoconstricción en función de la presentación clínica y de los resultados de la función respiratoria básica. Otras patologías controladas en PFR son las patologías malformativas o adquiridas del pulmón, de la caja torácica o neuromusculares. Para la exploración de los trastornos del sueño, la polisomnografía (PSG) nocturna es la prueba de referencia, pero la poligrafía respiratoria, una prueba más sencilla, puede servir en algunos casos. Los trastornos del sueño detectados en los niños son las anomalías de la duración del sueño, las parasomnias, los trastornos respiratorios durante el sueño y, por último, los trastornos del ritmo circadiano. En los casos de síndrome de apnea obstructiva del sueño clínico, la PSG sólo está indicada como procedimiento de primera línea antes de la edad de 3 años, en los casos de comorbilidad asociada o riesgo quirúrgico, o en ausencia de obstrucción por patología otorrinolaringológica (en particular, sin hipertrofia amigdalina o vegetaciones adenoideas) en la nasofibroendoscopia practicada por un otorrinolaringólogo.</p></div>","PeriodicalId":72894,"journal":{"name":"EMC. Pediatria","volume":"57 3","pages":"Pages 1-14"},"PeriodicalIF":0.0000,"publicationDate":"2022-08-01","publicationTypes":"Journal Article","fieldsOfStudy":null,"isOpenAccess":false,"openAccessPdf":"","citationCount":"0","resultStr":"{\"title\":\"Pruebas funcionales respiratorias y polisomnografías en el lactante y el niño: aspectos prácticos\",\"authors\":\"N. Beydon , G. Aubertin , J. 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Pruebas funcionales respiratorias y polisomnografías en el lactante y el niño: aspectos prácticos
Las pruebas funcionales respiratorias (PFR) y del sueño en los niños requieren una gran experiencia y el uso de técnicas y normas adecuadas. Esto es particularmente cierto en los niños pequeños (preescolares), donde algunas técnicas no son posibles (por ejemplo, la espirometría forzada). Las normas dependen sobre todo del sexo, la edad, la estatura y la etnia de los pacientes, y no pueden extrapolarse de las utilizadas en los adultos. Por lo tanto, deben aplicarse las normas definidas por los expertos a escala nacional e internacional. La PFR busca un síndrome obstructivo o restrictivo, o una combinación de ambos. Las patologías más frecuentemente investigadas en los niños son las bronquiales y, por tanto, las obstructivas, la primera de las cuales es el asma. En este contexto, el estudio de la reactividad bronquial suele efectuarse en forma de pruebas de broncodilatación o broncoconstricción en función de la presentación clínica y de los resultados de la función respiratoria básica. Otras patologías controladas en PFR son las patologías malformativas o adquiridas del pulmón, de la caja torácica o neuromusculares. Para la exploración de los trastornos del sueño, la polisomnografía (PSG) nocturna es la prueba de referencia, pero la poligrafía respiratoria, una prueba más sencilla, puede servir en algunos casos. Los trastornos del sueño detectados en los niños son las anomalías de la duración del sueño, las parasomnias, los trastornos respiratorios durante el sueño y, por último, los trastornos del ritmo circadiano. En los casos de síndrome de apnea obstructiva del sueño clínico, la PSG sólo está indicada como procedimiento de primera línea antes de la edad de 3 años, en los casos de comorbilidad asociada o riesgo quirúrgico, o en ausencia de obstrucción por patología otorrinolaringológica (en particular, sin hipertrofia amigdalina o vegetaciones adenoideas) en la nasofibroendoscopia practicada por un otorrinolaringólogo.