{"title":"Procesos alegóricos en torno a lo natural devenido cultural. El caso de la obra videográfica “el lenguaje”.","authors":"Juan José Del Junco González","doi":"10.4995/eshid2021.2021.13210","DOIUrl":null,"url":null,"abstract":"Esta comunicación pretende dar visibilidad al análisis de la yuxtaposición de procesos alegóricos presentes en la obra videográfica “El lenguaje”, (2013). En dicha obra, el autor, desde la posición del “otro” —del artista como antropólogo— realiza un montaje donde encadena una documentación de los sonidos emitidos por los cabreros varias zonas de Andalucía: en concreto de las provincias de Cádiz y Málaga. El proceso tiene como punto de partida una visión singular del paisaje generada desde lo experiencial, del paisaje recorrido y transitado; entendiéndose éste como un constructo artealizado donde hay cabida no sólo de los elementos naturales que lo conforman, sino, además, de aquellas formas culturales y de identidad que lo atraviesan, las cuales se presentan ante el caminante de modo colateral. Es en estos modelos menos visibles del país hecho paisaje donde se encuentra el valor patrimonial de lo natural devenido cultural. Sin embargo, tras esta fachada de documento, de registro de datos provenientes de los modos de un colectivo particular de los habitantes del paisaje, la obra es en sí misma una alegoría, y es en este cambio de significancia donde se articula su inclusión en el ámbito del arte contemporáneo. A través de la figura del cabrero y de los sonidos que éste emite para comunicarse con el rebaño, el autor realiza una reflexión sobre el propio sistema del arte, el proceso comunicativo implicado en el enunciado artístico y la noción de colectividad, del clan. Así, la obra recupera la histórica división del ser humano entre pastores y agricultores, división que se estipula como dos modelos antagónicos de habitar el mundo: uno ligado al lugar, al espacio y al trabajo fijado en la propiedad; y la otra regulada por procesos dinámicos, en un movimiento continuo por el paisaje. El paralelismo recae en la propia idea del artista como nómada, una figura en circulación permanente a través del flujo conceptual y material de los distintos proyectos. Ese sujeto creativo se percibe, además, alejado de los modelos exigidos por el productivismo, tan en boga por las materias predominantes de las omnipresentes STEM (siglas en inglés de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas). Tal y como sugiere el autor: “Un artista, como un pastor, acarrea su trabajo, pero también tiene, como un pastor, momentos de plácida soledad sentado en una piedra observando lo que le rodea”.","PeriodicalId":137325,"journal":{"name":"EShID2021 - II Congreso Internacional Estéticas Híbridas de la Imagen en Movimiento: Identidad y Patrimonio","volume":"5 1","pages":"0"},"PeriodicalIF":0.0000,"publicationDate":"2021-10-20","publicationTypes":"Journal Article","fieldsOfStudy":null,"isOpenAccess":false,"openAccessPdf":"","citationCount":"0","resultStr":null,"platform":"Semanticscholar","paperid":null,"PeriodicalName":"EShID2021 - II Congreso Internacional Estéticas Híbridas de la Imagen en Movimiento: Identidad y Patrimonio","FirstCategoryId":"1085","ListUrlMain":"https://doi.org/10.4995/eshid2021.2021.13210","RegionNum":0,"RegionCategory":null,"ArticlePicture":[],"TitleCN":null,"AbstractTextCN":null,"PMCID":null,"EPubDate":"","PubModel":"","JCR":"","JCRName":"","Score":null,"Total":0}
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Abstract
Esta comunicación pretende dar visibilidad al análisis de la yuxtaposición de procesos alegóricos presentes en la obra videográfica “El lenguaje”, (2013). En dicha obra, el autor, desde la posición del “otro” —del artista como antropólogo— realiza un montaje donde encadena una documentación de los sonidos emitidos por los cabreros varias zonas de Andalucía: en concreto de las provincias de Cádiz y Málaga. El proceso tiene como punto de partida una visión singular del paisaje generada desde lo experiencial, del paisaje recorrido y transitado; entendiéndose éste como un constructo artealizado donde hay cabida no sólo de los elementos naturales que lo conforman, sino, además, de aquellas formas culturales y de identidad que lo atraviesan, las cuales se presentan ante el caminante de modo colateral. Es en estos modelos menos visibles del país hecho paisaje donde se encuentra el valor patrimonial de lo natural devenido cultural. Sin embargo, tras esta fachada de documento, de registro de datos provenientes de los modos de un colectivo particular de los habitantes del paisaje, la obra es en sí misma una alegoría, y es en este cambio de significancia donde se articula su inclusión en el ámbito del arte contemporáneo. A través de la figura del cabrero y de los sonidos que éste emite para comunicarse con el rebaño, el autor realiza una reflexión sobre el propio sistema del arte, el proceso comunicativo implicado en el enunciado artístico y la noción de colectividad, del clan. Así, la obra recupera la histórica división del ser humano entre pastores y agricultores, división que se estipula como dos modelos antagónicos de habitar el mundo: uno ligado al lugar, al espacio y al trabajo fijado en la propiedad; y la otra regulada por procesos dinámicos, en un movimiento continuo por el paisaje. El paralelismo recae en la propia idea del artista como nómada, una figura en circulación permanente a través del flujo conceptual y material de los distintos proyectos. Ese sujeto creativo se percibe, además, alejado de los modelos exigidos por el productivismo, tan en boga por las materias predominantes de las omnipresentes STEM (siglas en inglés de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas). Tal y como sugiere el autor: “Un artista, como un pastor, acarrea su trabajo, pero también tiene, como un pastor, momentos de plácida soledad sentado en una piedra observando lo que le rodea”.