{"title":"护理中的软技能","authors":"Yaneth Marcela Muñoz Angel","doi":"10.33326/27905543.2023.3.1907","DOIUrl":null,"url":null,"abstract":"Para el psicólogo y escritor norteamericano Daniel Goleman, la inteligencia emocional representa el 80 % del éxito en la vida y solo el 20 % está asociado al coeficiente intelectual tradicional.1 Las competencias emocionales derivadas de la inteligencia emocional son un tipo de competencias genéricas o transversales, denominadas también soft skills.2 En enfermería, estas competencias cobran valor en la relación con los sujetos de cuidado, equipos de trabajo y estudiantes; por lo tanto, repercuten en la humanización del cuidado desde la asistencia, la gestión y la docencia. \nLas soft skills o habilidades blandas son habilidades relacionadas con la interacción entre las personas y su forma de afrontar las tareas.3 Estas competencias se complementan con las competencias técnico-profesionales específicas, enfocadas en los conocimientos y procedimientos propios de la profesión.2 Las soft skills son importantes en el desarrollo personal y profesional, actúan como predictoras del rendimiento académico y se relacionan con el desempeño clínico de los estudiantes, el pensamiento crítico y la resolución de problemas.3 \nSin embargo, debido a factores tecnológicos y sociológicos, las enfermeras que son parte de la generación millennial (nacidas entre 1978 y 2004) pueden enfrentar desafíos importantes en lo que respecta a las soft skills, arraigadas al sentido de pertenencia y de conexión de un individuo con una comunidad. Al respecto, Kimberly Hires propuso cinco formas para ayudar a los millennials a desarrollar soft skills: predicar con el ejemplo, reconocer su potencial, incorporarse a su realidad, educar sin castigar y recordar que las soft skills son habilidades para la vida.4 \nAsimismo, en 2021, a través de una encuesta aplicada a los profesores de enfermería de los programas mejor clasificados en los Estados Unidos, Bajjaly y Saunders exploraron si los profesores enseñaban soft skills y cómo lo hacían. Las autoras encontraron que, además de enseñar estas habilidades, los profesores brindaban retroalimentación a los estudiantes y se sentían responsables de enseñarles principalmente trabajo en equipo y habilidades de comunicación. Las estrategias de enseñanza más comunes fueron conferencias, lecturas y debates; también, tareas de escritura para enseñar práctica reflexiva; proyectos grupales para trabajo en equipo, habilidades interpersonales y de comunicación; exposiciones de los estudiantes para habilidades de presentación, y actividades prácticas para flexibilidad y adaptabilidad.5 \nCada vez más valoradas en el ámbito laboral y académico, las soft skills se asocian al éxito profesional y personal y, aunque son menos tangibles que las habilidades técnico-profesionales, tienen una importante aplicación en la humanización del cuidado en enfermería; por lo tanto, deben desarrollarse desde la formación con estrategias de enseñanza acordes a la generación actual.","PeriodicalId":190621,"journal":{"name":"Investigación e Innovación: Revista Científica de Enfermería","volume":"135 ","pages":""},"PeriodicalIF":0.0000,"publicationDate":"2024-02-01","publicationTypes":"Journal Article","fieldsOfStudy":null,"isOpenAccess":false,"openAccessPdf":"","citationCount":"0","resultStr":"{\"title\":\"Soft skills en Enfermería\",\"authors\":\"Yaneth Marcela Muñoz Angel\",\"doi\":\"10.33326/27905543.2023.3.1907\",\"DOIUrl\":null,\"url\":null,\"abstract\":\"Para el psicólogo y escritor norteamericano Daniel Goleman, la inteligencia emocional representa el 80 % del éxito en la vida y solo el 20 % está asociado al coeficiente intelectual tradicional.1 Las competencias emocionales derivadas de la inteligencia emocional son un tipo de competencias genéricas o transversales, denominadas también soft skills.2 En enfermería, estas competencias cobran valor en la relación con los sujetos de cuidado, equipos de trabajo y estudiantes; por lo tanto, repercuten en la humanización del cuidado desde la asistencia, la gestión y la docencia. \\nLas soft skills o habilidades blandas son habilidades relacionadas con la interacción entre las personas y su forma de afrontar las tareas.3 Estas competencias se complementan con las competencias técnico-profesionales específicas, enfocadas en los conocimientos y procedimientos propios de la profesión.2 Las soft skills son importantes en el desarrollo personal y profesional, actúan como predictoras del rendimiento académico y se relacionan con el desempeño clínico de los estudiantes, el pensamiento crítico y la resolución de problemas.3 \\nSin embargo, debido a factores tecnológicos y sociológicos, las enfermeras que son parte de la generación millennial (nacidas entre 1978 y 2004) pueden enfrentar desafíos importantes en lo que respecta a las soft skills, arraigadas al sentido de pertenencia y de conexión de un individuo con una comunidad. Al respecto, Kimberly Hires propuso cinco formas para ayudar a los millennials a desarrollar soft skills: predicar con el ejemplo, reconocer su potencial, incorporarse a su realidad, educar sin castigar y recordar que las soft skills son habilidades para la vida.4 \\nAsimismo, en 2021, a través de una encuesta aplicada a los profesores de enfermería de los programas mejor clasificados en los Estados Unidos, Bajjaly y Saunders exploraron si los profesores enseñaban soft skills y cómo lo hacían. Las autoras encontraron que, además de enseñar estas habilidades, los profesores brindaban retroalimentación a los estudiantes y se sentían responsables de enseñarles principalmente trabajo en equipo y habilidades de comunicación. Las estrategias de enseñanza más comunes fueron conferencias, lecturas y debates; también, tareas de escritura para enseñar práctica reflexiva; proyectos grupales para trabajo en equipo, habilidades interpersonales y de comunicación; exposiciones de los estudiantes para habilidades de presentación, y actividades prácticas para flexibilidad y adaptabilidad.5 \\nCada vez más valoradas en el ámbito laboral y académico, las soft skills se asocian al éxito profesional y personal y, aunque son menos tangibles que las habilidades técnico-profesionales, tienen una importante aplicación en la humanización del cuidado en enfermería; por lo tanto, deben desarrollarse desde la formación con estrategias de enseñanza acordes a la generación actual.\",\"PeriodicalId\":190621,\"journal\":{\"name\":\"Investigación e Innovación: Revista Científica de Enfermería\",\"volume\":\"135 \",\"pages\":\"\"},\"PeriodicalIF\":0.0000,\"publicationDate\":\"2024-02-01\",\"publicationTypes\":\"Journal Article\",\"fieldsOfStudy\":null,\"isOpenAccess\":false,\"openAccessPdf\":\"\",\"citationCount\":\"0\",\"resultStr\":null,\"platform\":\"Semanticscholar\",\"paperid\":null,\"PeriodicalName\":\"Investigación e Innovación: Revista Científica de Enfermería\",\"FirstCategoryId\":\"1085\",\"ListUrlMain\":\"https://doi.org/10.33326/27905543.2023.3.1907\",\"RegionNum\":0,\"RegionCategory\":null,\"ArticlePicture\":[],\"TitleCN\":null,\"AbstractTextCN\":null,\"PMCID\":null,\"EPubDate\":\"\",\"PubModel\":\"\",\"JCR\":\"\",\"JCRName\":\"\",\"Score\":null,\"Total\":0}","platform":"Semanticscholar","paperid":null,"PeriodicalName":"Investigación e Innovación: Revista Científica de Enfermería","FirstCategoryId":"1085","ListUrlMain":"https://doi.org/10.33326/27905543.2023.3.1907","RegionNum":0,"RegionCategory":null,"ArticlePicture":[],"TitleCN":null,"AbstractTextCN":null,"PMCID":null,"EPubDate":"","PubModel":"","JCR":"","JCRName":"","Score":null,"Total":0}
Para el psicólogo y escritor norteamericano Daniel Goleman, la inteligencia emocional representa el 80 % del éxito en la vida y solo el 20 % está asociado al coeficiente intelectual tradicional.1 Las competencias emocionales derivadas de la inteligencia emocional son un tipo de competencias genéricas o transversales, denominadas también soft skills.2 En enfermería, estas competencias cobran valor en la relación con los sujetos de cuidado, equipos de trabajo y estudiantes; por lo tanto, repercuten en la humanización del cuidado desde la asistencia, la gestión y la docencia.
Las soft skills o habilidades blandas son habilidades relacionadas con la interacción entre las personas y su forma de afrontar las tareas.3 Estas competencias se complementan con las competencias técnico-profesionales específicas, enfocadas en los conocimientos y procedimientos propios de la profesión.2 Las soft skills son importantes en el desarrollo personal y profesional, actúan como predictoras del rendimiento académico y se relacionan con el desempeño clínico de los estudiantes, el pensamiento crítico y la resolución de problemas.3
Sin embargo, debido a factores tecnológicos y sociológicos, las enfermeras que son parte de la generación millennial (nacidas entre 1978 y 2004) pueden enfrentar desafíos importantes en lo que respecta a las soft skills, arraigadas al sentido de pertenencia y de conexión de un individuo con una comunidad. Al respecto, Kimberly Hires propuso cinco formas para ayudar a los millennials a desarrollar soft skills: predicar con el ejemplo, reconocer su potencial, incorporarse a su realidad, educar sin castigar y recordar que las soft skills son habilidades para la vida.4
Asimismo, en 2021, a través de una encuesta aplicada a los profesores de enfermería de los programas mejor clasificados en los Estados Unidos, Bajjaly y Saunders exploraron si los profesores enseñaban soft skills y cómo lo hacían. Las autoras encontraron que, además de enseñar estas habilidades, los profesores brindaban retroalimentación a los estudiantes y se sentían responsables de enseñarles principalmente trabajo en equipo y habilidades de comunicación. Las estrategias de enseñanza más comunes fueron conferencias, lecturas y debates; también, tareas de escritura para enseñar práctica reflexiva; proyectos grupales para trabajo en equipo, habilidades interpersonales y de comunicación; exposiciones de los estudiantes para habilidades de presentación, y actividades prácticas para flexibilidad y adaptabilidad.5
Cada vez más valoradas en el ámbito laboral y académico, las soft skills se asocian al éxito profesional y personal y, aunque son menos tangibles que las habilidades técnico-profesionales, tienen una importante aplicación en la humanización del cuidado en enfermería; por lo tanto, deben desarrollarse desde la formación con estrategias de enseñanza acordes a la generación actual.