{"title":"Índice / Declaración sobre la política a seguir","authors":"J. Schmitz","doi":"10.1159/000210390","DOIUrl":"https://doi.org/10.1159/000210390","url":null,"abstract":"","PeriodicalId":166535,"journal":{"name":"Annales Nestlé (Ed. española)","volume":"1 1","pages":"0"},"PeriodicalIF":0.0,"publicationDate":"2009-03-01","publicationTypes":"Journal Article","fieldsOfStudy":null,"isOpenAccess":false,"openAccessPdf":"","citationCount":null,"resultStr":null,"platform":"Semanticscholar","paperid":"122943534","PeriodicalName":null,"FirstCategoryId":null,"ListUrlMain":null,"RegionNum":0,"RegionCategory":"","ArticlePicture":[],"TitleCN":null,"AbstractTextCN":null,"PMCID":"","EPubDate":null,"PubModel":null,"JCR":null,"JCRName":null,"Score":null,"Total":0}
Se dispone de pocos tratamientos específicos para los niños con colestasis crónica. La mayoría de las estrategias terapéuticas alivian la retención de componentes de la bilis o aminoran algunas de las consecuencias de la colestasis crónica. El ácido ursodesoxicólico es el fármaco que con más frecuencia se utiliza en niños con colestasis crónica. Este ácido biliar se administra a la dosis de 10 a 30 mg/kg/día en pacientes con fibrosis quística, errores congénitos del metabolismo de los ácidos biliares, colestasis intrahepática familiar progresiva, colangitis esclerosante, atresia biliar, síndrome de Alagille o a aquéllos tratados con nutrición parenteral total. El ácido ursodesoxicólico incrementa principalmente el flujo de bilis y posee un efecto estabilizador de la membrana reduciendo la toxicidad de los ácidos biliares más hidrofóbicos. La rifampicina, un antibiótico, a una dosis entre 10 y 20 mg/kg/día, es muy eficaz en el alivio del prurito. Se obtienen efectos similares utilizando resinas intercambiadoras de iones no absorbibles. Además, estas moléculas disminuyen los niveles séricos de colesterol contribuyendo a reducir los xantomas. La sustitución de algunas carencias generadas por la nutrición parenteral total mediante la administración de ácidos grasos esenciales o cisteína puede evitar los trastornos hepáticos asociados o contribuir a mejorarlos. En algunas enfermedades colestáticas, las intervenciones quirúrgicas pueden ayudar a aliviar el obstáculo frente al flujo de bilis, como es el caso de la portoenterostomía en pacientes con atresia biliar. En casos de colestasis interhepática, puede registrarse una mejoría clínica y bioquímica tras una derivación de la bilis u otra intervención (exclusión del íleon), que limita la absorción de ácidos biliares en el intestino. En el futuro, la asociación de estos diferentes agentes farmacológicos, que incrementan el flujo de bilis, protegen las membranas celulares o restablecen las carencias nutricionales, podría contribuir a mejorar la calidad de vida en niños con colestasis crónica y retrasar en última instancia la necesidad de un tratamiento más drástico como el trasplante hepático. También podrían ser de gran ayuda los progresos en la terapia génica y el trasplante de hepatocitos; no obstante, todavía son necesarios muchos años de investigación intensiva antes de que pueda considerarse incluso un estudio piloto que utilice uno de estos tratamientos en hepatopatías inductoras de colestasis crónica.
{"title":"Tratamientos de la colestasis crónica en niños","authors":"F. Álvarez","doi":"10.1159/000193190","DOIUrl":"https://doi.org/10.1159/000193190","url":null,"abstract":"Se dispone de pocos tratamientos específicos para los niños con colestasis crónica. La mayoría de las estrategias terapéuticas alivian la retención de componentes de la bilis o aminoran algunas de las consecuencias de la colestasis crónica. El ácido ursodesoxicólico es el fármaco que con más frecuencia se utiliza en niños con colestasis crónica. Este ácido biliar se administra a la dosis de 10 a 30 mg/kg/día en pacientes con fibrosis quística, errores congénitos del metabolismo de los ácidos biliares, colestasis intrahepática familiar progresiva, colangitis esclerosante, atresia biliar, síndrome de Alagille o a aquéllos tratados con nutrición parenteral total. El ácido ursodesoxicólico incrementa principalmente el flujo de bilis y posee un efecto estabilizador de la membrana reduciendo la toxicidad de los ácidos biliares más hidrofóbicos. La rifampicina, un antibiótico, a una dosis entre 10 y 20 mg/kg/día, es muy eficaz en el alivio del prurito. Se obtienen efectos similares utilizando resinas intercambiadoras de iones no absorbibles. Además, estas moléculas disminuyen los niveles séricos de colesterol contribuyendo a reducir los xantomas. La sustitución de algunas carencias generadas por la nutrición parenteral total mediante la administración de ácidos grasos esenciales o cisteína puede evitar los trastornos hepáticos asociados o contribuir a mejorarlos. En algunas enfermedades colestáticas, las intervenciones quirúrgicas pueden ayudar a aliviar el obstáculo frente al flujo de bilis, como es el caso de la portoenterostomía en pacientes con atresia biliar. En casos de colestasis interhepática, puede registrarse una mejoría clínica y bioquímica tras una derivación de la bilis u otra intervención (exclusión del íleon), que limita la absorción de ácidos biliares en el intestino. En el futuro, la asociación de estos diferentes agentes farmacológicos, que incrementan el flujo de bilis, protegen las membranas celulares o restablecen las carencias nutricionales, podría contribuir a mejorar la calidad de vida en niños con colestasis crónica y retrasar en última instancia la necesidad de un tratamiento más drástico como el trasplante hepático. También podrían ser de gran ayuda los progresos en la terapia génica y el trasplante de hepatocitos; no obstante, todavía son necesarios muchos años de investigación intensiva antes de que pueda considerarse incluso un estudio piloto que utilice uno de estos tratamientos en hepatopatías inductoras de colestasis crónica.","PeriodicalId":166535,"journal":{"name":"Annales Nestlé (Ed. española)","volume":"1 1","pages":"0"},"PeriodicalIF":0.0,"publicationDate":"2009-03-01","publicationTypes":"Journal Article","fieldsOfStudy":null,"isOpenAccess":false,"openAccessPdf":"","citationCount":null,"resultStr":null,"platform":"Semanticscholar","paperid":"128822032","PeriodicalName":null,"FirstCategoryId":null,"ListUrlMain":null,"RegionNum":0,"RegionCategory":"","ArticlePicture":[],"TitleCN":null,"AbstractTextCN":null,"PMCID":"","EPubDate":null,"PubModel":null,"JCR":null,"JCRName":null,"Score":null,"Total":0}
El término ‘familiar’ es, en realidad, desafortunado. Aunque en la definición se incluye la palabra ‘hereditario’, la inferencia es que tendrá que aparecer habitualmente en otros miembros de la familia. En muchos de los procesos que se describen en este artículo esto a menudo no sucede y, por este motivo, las condiciones ‘familiares’ pueden ser pasadas por alto cuando se alcanza un diagnóstico. La colestasis es definida de manera diferente por médicos, anatomopatólogos y bioquímicos. Además, lo que se entiende por hepatopatía colestática varía muy frecuentemente entre los hepatólogos pediatras y los hepatólogos de adultos. No obstante, los mecanismos patogenéticos son cada vez más similares. La atresia biliar, que es la hepatopatía colestática más frecuente que afrontan los pediatras, es llamativamente diferente de la mayoría de las enfermedades, dado que parece no ser equivalente a ‘inicio tardío’ y casi nunca es familiar. En la actualidad se han constituido varias colaboraciones internacionales con la esperanza de superar estos obstáculos (http://www.barcnetwork.org/, http://www.orpha.net/nestasso/EFBAR/, http://www.biliary-atresia.com/index_frameset_ebar.html). De manera cotidiana, los hepatólogos pediatras tienen que vérselas con un grupo de lactantes cuya ictericia tiene una causa que no es fácilmente evidente. En muchos aspectos esto ha empeorado por el conocimiento adquirido desde hace tiempo de que una proporción significativa mejorará espontáneamente mientras que otros evolucionarán desfavorablemente. En los primerísimos meses de vida todavía tenemos dificultades para prever los desenlaces de ciertos pacientes. La causa subyacente, por lo menos en el grupo con desenlace ominoso, se está haciendo ahora evidente en un número creciente de casos. La mayoría de las mejoras en nuestra comprensión de este grupo de niños se han producido como consecuencia de los progresos en nuestro conocimiento de la etiología genética. También ha llegado a ser evidente que la hepatopatía colestática genética no se limita sólo a los pediatras. Sólo ahora se ha llegado a aclarar la medida exacta en la cual la genética contribuye a la enfermedad de ‘inicio tardío’.
{"title":"Síndromes colestáticos familiares","authors":"Richard Thompson","doi":"10.1159/000193189","DOIUrl":"https://doi.org/10.1159/000193189","url":null,"abstract":"El término ‘familiar’ es, en realidad, desafortunado. Aunque en la definición se incluye la palabra ‘hereditario’, la inferencia es que tendrá que aparecer habitualmente en otros miembros de la familia. En muchos de los procesos que se describen en este artículo esto a menudo no sucede y, por este motivo, las condiciones ‘familiares’ pueden ser pasadas por alto cuando se alcanza un diagnóstico. La colestasis es definida de manera diferente por médicos, anatomopatólogos y bioquímicos. Además, lo que se entiende por hepatopatía colestática varía muy frecuentemente entre los hepatólogos pediatras y los hepatólogos de adultos. No obstante, los mecanismos patogenéticos son cada vez más similares. La atresia biliar, que es la hepatopatía colestática más frecuente que afrontan los pediatras, es llamativamente diferente de la mayoría de las enfermedades, dado que parece no ser equivalente a ‘inicio tardío’ y casi nunca es familiar. En la actualidad se han constituido varias colaboraciones internacionales con la esperanza de superar estos obstáculos (http://www.barcnetwork.org/, http://www.orpha.net/nestasso/EFBAR/, http://www.biliary-atresia.com/index_frameset_ebar.html). De manera cotidiana, los hepatólogos pediatras tienen que vérselas con un grupo de lactantes cuya ictericia tiene una causa que no es fácilmente evidente. En muchos aspectos esto ha empeorado por el conocimiento adquirido desde hace tiempo de que una proporción significativa mejorará espontáneamente mientras que otros evolucionarán desfavorablemente. En los primerísimos meses de vida todavía tenemos dificultades para prever los desenlaces de ciertos pacientes. La causa subyacente, por lo menos en el grupo con desenlace ominoso, se está haciendo ahora evidente en un número creciente de casos. La mayoría de las mejoras en nuestra comprensión de este grupo de niños se han producido como consecuencia de los progresos en nuestro conocimiento de la etiología genética. También ha llegado a ser evidente que la hepatopatía colestática genética no se limita sólo a los pediatras. Sólo ahora se ha llegado a aclarar la medida exacta en la cual la genética contribuye a la enfermedad de ‘inicio tardío’.","PeriodicalId":166535,"journal":{"name":"Annales Nestlé (Ed. española)","volume":"25 1","pages":"0"},"PeriodicalIF":0.0,"publicationDate":"2009-03-01","publicationTypes":"Journal Article","fieldsOfStudy":null,"isOpenAccess":false,"openAccessPdf":"","citationCount":null,"resultStr":null,"platform":"Semanticscholar","paperid":"114900752","PeriodicalName":null,"FirstCategoryId":null,"ListUrlMain":null,"RegionNum":0,"RegionCategory":"","ArticlePicture":[],"TitleCN":null,"AbstractTextCN":null,"PMCID":"","EPubDate":null,"PubModel":null,"JCR":null,"JCRName":null,"Score":null,"Total":0}
La colestasis es un proceso frecuente en los recién nacidos (1 de cada 2.500 nacidos vivos) y los niños pequeños. Comprende numerosas etiologías, en ocasiones con pronósticos ominosos. En caso de colestasis neonatal, la actitud más importante consiste en observar el color de las deposiciones y excluir la atresia biliar, que debe ser tratada quirúrgicamente antes del día 45 de vida. La atresia biliar representa casi el 50% de los casos de colestasis neonatal, cuyas demás causas son numerosas. Algunos casos pueden ser tratados satisfactoriamente, como la tirosinemia de tipo I o los errores congénitos de las síntesis de ácidos biliares. No obstante, en la mayoría de los casos no existe tratamiento específico y la enfermedad evoluciona hacia la cirrosis o la insuficiencia hepática, que requiere un trasplante hepático. En la actualidad, aunque los resultados del trasplante hepático son satisfactorios, se trata de una intervención difícil con frecuentes efectos secundarios. En el futuro, el análisis y el mejor conocimiento de los mecanismos de las diferentes enfermedades colestáticas podría permitir el establecimiento de otros tratamientos como el trasplante de hepatocitos o la terapia génica, capaces de aportar nuevas perspectivas para los niños.
{"title":"Diagnóstico de la colestasis neonatal","authors":"Muriel Girard, Florence Lacaille","doi":"10.1159/000193188","DOIUrl":"https://doi.org/10.1159/000193188","url":null,"abstract":"La colestasis es un proceso frecuente en los recién nacidos (1 de cada 2.500 nacidos vivos) y los niños pequeños. Comprende numerosas etiologías, en ocasiones con pronósticos ominosos. En caso de colestasis neonatal, la actitud más importante consiste en observar el color de las deposiciones y excluir la atresia biliar, que debe ser tratada quirúrgicamente antes del día 45 de vida. La atresia biliar representa casi el 50% de los casos de colestasis neonatal, cuyas demás causas son numerosas. Algunos casos pueden ser tratados satisfactoriamente, como la tirosinemia de tipo I o los errores congénitos de las síntesis de ácidos biliares. No obstante, en la mayoría de los casos no existe tratamiento específico y la enfermedad evoluciona hacia la cirrosis o la insuficiencia hepática, que requiere un trasplante hepático. En la actualidad, aunque los resultados del trasplante hepático son satisfactorios, se trata de una intervención difícil con frecuentes efectos secundarios. En el futuro, el análisis y el mejor conocimiento de los mecanismos de las diferentes enfermedades colestáticas podría permitir el establecimiento de otros tratamientos como el trasplante de hepatocitos o la terapia génica, capaces de aportar nuevas perspectivas para los niños.","PeriodicalId":166535,"journal":{"name":"Annales Nestlé (Ed. española)","volume":"4 1 1","pages":"0"},"PeriodicalIF":0.0,"publicationDate":"2009-03-01","publicationTypes":"Journal Article","fieldsOfStudy":null,"isOpenAccess":false,"openAccessPdf":"","citationCount":null,"resultStr":null,"platform":"Semanticscholar","paperid":"130257363","PeriodicalName":null,"FirstCategoryId":null,"ListUrlMain":null,"RegionNum":0,"RegionCategory":"","ArticlePicture":[],"TitleCN":null,"AbstractTextCN":null,"PMCID":"","EPubDate":null,"PubModel":null,"JCR":null,"JCRName":null,"Score":null,"Total":0}
La hepatopatía colestática causa un riesgo serio de desnutrición, que incluye la desnutrición de proteína y energía y las carencias nutricionales específicas. El estado nutricional puede evaluarse basándose en mediciones antropométricas, que pueden ser equívocas a causa de la ascitis y el edema periférico. Las determinaciones bioquímicas del estado de las vitaminas liposolubles son importantes para evaluar las necesidades de los niños. Basándose en la evaluación del estado nutricional, debe planificarse la terapia nutricional con arreglo a una pauta bien establecida. El principio básico del tratamiento nutricional consiste en corregir el estado nutricional, así como reducir el riesgo de carencias nutricionales. Los niños con colestasis precisan habitualmente un suministro extra de energía que puede obtenerse incrementando la densidad energética de los alimentos o añadiendo lípidos y polímeros de glucosa. Para recuperar el crecimiento, suele tener que incrementarse la ingestión de proteínas. El aporte complementario de vitaminas liposolubles merece atención especial y no es fácil corregir un estado carencial de vitamina E. En algunos niños es necesario administrar la vitamina K por vía parenteral. Desde hace poco tiempo se utiliza con buen efecto terapéutico una vitamina E hidrosoluble (d-α-tocoferil polietilenglicol 1.000 succinato), administrada por vía oral. Dado que la hepatopatía progresa hacia una insuficiencia hepática en numerosas enfermedades colestáticas crónicas, el tratamiento nutricional puede considerarse a menudo como una medida para ‘salir del paso’ a la espera del trasplante hepático para mejorar el pronóstico. En consecuencia, el apoyo nutricional invasivo está justificado en la hepatopatía grave y comprende habitualmente la alimentación nocturna por sonda nasogástrica o incluso la nutrición parenteral.
{"title":"Tratamiento nutricional de los síndromes colestáticos en la infancia","authors":"Piotr Socha","doi":"10.1159/000193191","DOIUrl":"https://doi.org/10.1159/000193191","url":null,"abstract":"La hepatopatía colestática causa un riesgo serio de desnutrición, que incluye la desnutrición de proteína y energía y las carencias nutricionales específicas. El estado nutricional puede evaluarse basándose en mediciones antropométricas, que pueden ser equívocas a causa de la ascitis y el edema periférico. Las determinaciones bioquímicas del estado de las vitaminas liposolubles son importantes para evaluar las necesidades de los niños. Basándose en la evaluación del estado nutricional, debe planificarse la terapia nutricional con arreglo a una pauta bien establecida. El principio básico del tratamiento nutricional consiste en corregir el estado nutricional, así como reducir el riesgo de carencias nutricionales. Los niños con colestasis precisan habitualmente un suministro extra de energía que puede obtenerse incrementando la densidad energética de los alimentos o añadiendo lípidos y polímeros de glucosa. Para recuperar el crecimiento, suele tener que incrementarse la ingestión de proteínas. El aporte complementario de vitaminas liposolubles merece atención especial y no es fácil corregir un estado carencial de vitamina E. En algunos niños es necesario administrar la vitamina K por vía parenteral. Desde hace poco tiempo se utiliza con buen efecto terapéutico una vitamina E hidrosoluble (d-α-tocoferil polietilenglicol 1.000 succinato), administrada por vía oral. Dado que la hepatopatía progresa hacia una insuficiencia hepática en numerosas enfermedades colestáticas crónicas, el tratamiento nutricional puede considerarse a menudo como una medida para ‘salir del paso’ a la espera del trasplante hepático para mejorar el pronóstico. En consecuencia, el apoyo nutricional invasivo está justificado en la hepatopatía grave y comprende habitualmente la alimentación nocturna por sonda nasogástrica o incluso la nutrición parenteral.","PeriodicalId":166535,"journal":{"name":"Annales Nestlé (Ed. española)","volume":"36 1","pages":"0"},"PeriodicalIF":0.0,"publicationDate":"2009-03-01","publicationTypes":"Journal Article","fieldsOfStudy":null,"isOpenAccess":false,"openAccessPdf":"","citationCount":null,"resultStr":null,"platform":"Semanticscholar","paperid":"123152777","PeriodicalName":null,"FirstCategoryId":null,"ListUrlMain":null,"RegionNum":0,"RegionCategory":"","ArticlePicture":[],"TitleCN":null,"AbstractTextCN":null,"PMCID":"","EPubDate":null,"PubModel":null,"JCR":null,"JCRName":null,"Score":null,"Total":0}
Las vacunas orales que se han diseñado para uso global no inducen necesariamente las mismas respuestas inmunitarias en todos los niños de todo el mundo. De hecho, varias vacunas inducen a menudo respuestas medias de anticuerpos menos frecuentes y menores en niños en países en vías de desarrollo, lo que permite suponer que las vacunas pueden producir un efecto menos protector en los niños de estas zonas. Aunque los motivos de esta respuesta menos enérgica no se conocen por completo, parece que factores relacionados con la nutrición, incluyendo la desnutrición de proteínas y calorías y la desnutrición de micronutrientes, son aspectos importantes para comprender la hiporreactividad observada en estos niños. También parecen importantes cuestiones relacionadas, entre las que destacan la lactancia materna, la interferencia a partir de anticuerpos placentarios maternos, infecciones parasitarias intestinales, lesión de la mucosa intestinal y, posiblemente, malnutrición materna durante el embarazo. Las vacunas diseñadas para administración oral tendrán que ser ajustadas a estos problemas potenciales con objeto de incrementar al máximo sus beneficios para todos los niños. Las vacunas orales que se administran en niños de países en vías de desarrollo pueden requerir dosis mayores de vacunas, dosis de refuerzo, complementos de calorías, micronutrientes y vitaminas, retirada de la leche materna antes de la administración de las vacunas, medicamentos antihelmínticos u otras medidas para desarrollar sus beneficios totales.
{"title":"Determinantes de las respuestas a vacunas orales en países en vías de desarrollo","authors":"D. A. Sack, Firdausi Qadri, Ann-Mari Svennerholm","doi":"10.1159/000173256","DOIUrl":"https://doi.org/10.1159/000173256","url":null,"abstract":"Las vacunas orales que se han diseñado para uso global no inducen necesariamente las mismas respuestas inmunitarias en todos los niños de todo el mundo. De hecho, varias vacunas inducen a menudo respuestas medias de anticuerpos menos frecuentes y menores en niños en países en vías de desarrollo, lo que permite suponer que las vacunas pueden producir un efecto menos protector en los niños de estas zonas. Aunque los motivos de esta respuesta menos enérgica no se conocen por completo, parece que factores relacionados con la nutrición, incluyendo la desnutrición de proteínas y calorías y la desnutrición de micronutrientes, son aspectos importantes para comprender la hiporreactividad observada en estos niños. También parecen importantes cuestiones relacionadas, entre las que destacan la lactancia materna, la interferencia a partir de anticuerpos placentarios maternos, infecciones parasitarias intestinales, lesión de la mucosa intestinal y, posiblemente, malnutrición materna durante el embarazo. Las vacunas diseñadas para administración oral tendrán que ser ajustadas a estos problemas potenciales con objeto de incrementar al máximo sus beneficios para todos los niños. Las vacunas orales que se administran en niños de países en vías de desarrollo pueden requerir dosis mayores de vacunas, dosis de refuerzo, complementos de calorías, micronutrientes y vitaminas, retirada de la leche materna antes de la administración de las vacunas, medicamentos antihelmínticos u otras medidas para desarrollar sus beneficios totales.","PeriodicalId":166535,"journal":{"name":"Annales Nestlé (Ed. española)","volume":"33 1","pages":"0"},"PeriodicalIF":0.0,"publicationDate":"2009-01-01","publicationTypes":"Journal Article","fieldsOfStudy":null,"isOpenAccess":false,"openAccessPdf":"","citationCount":null,"resultStr":null,"platform":"Semanticscholar","paperid":"121327827","PeriodicalName":null,"FirstCategoryId":null,"ListUrlMain":null,"RegionNum":0,"RegionCategory":"","ArticlePicture":[],"TitleCN":null,"AbstractTextCN":null,"PMCID":"","EPubDate":null,"PubModel":null,"JCR":null,"JCRName":null,"Score":null,"Total":0}
En los últimos años, la introducción de vacunas nuevas en países opulentos ha tenido lugar a un ritmo asombroso. En comparación, se han introducido pocas vacunas de nueva generación en los programas de salud pública para los pobres de los países en vías de desarrollo, y para aquéllos que sí los tienen, la introducción ha sido penosamente lenta. Los recursos financieros limitados han retrasado la introducción. La lentitud también se debe a una escasez de datos necesarios para adoptar decisiones políticas racionales. El apoyo inadecuado para realizar estudios de fase 1 con candidatos vacunales orientados a enfermedades en países en vías de desarrollo es un obstáculo bien conocido. Además, se precisan otros tipos de investigación translacional para generar las pruebas necesarias para establecer una política. Se ha observado que numerosas vacunas actúan con menos eficacia en poblaciones empobrecidas del mundo en fase de desarrollo que en personas que residen en países más opulentos. En consecuencia, los ensayos de fase 2 y fase 3 constituyen un segundo tipo esencial de investigación translacional necesaria para la introducción de vacunas en países en vías de desarrollo. Por otra parte, incluso para las vacunas que obtienen la aprobación a través de ensayos clínicos en países en vías de desarrollo, pueden persistir dudas acerca de si la carga de patología justifica la introducción de la vacuna, si la administración de la vacuna en programas sanitarios será rentable, si la introducción de la vacuna será programáticamente factible y aceptable y si la introducción de la vacuna será financieramente sostenible. Para abordar estas dudas residuales es imprescindible un tercer tipo de investigación translacional. Desde sus comienzos, en 1987, el Instituto Internacional de Vacunas, una organización de investigación y desarrollo internacional sin afán de lucro, ubicada en Seúl, Corea, ha realizado investigación translacional con la introducción de nuevas vacunas para muy diversas enfermedades en 22 países de Asia, África, y América Latina. En este trabajo describimos los proyectos de investigación translacional emprendidos por el Instituto Internacional de Vacunas y las lecciones aprendidas sobre estrategias para incrementar el impacto de la investigación translacional sobre la política vacunal para el mundo en vías de desarrollo.
{"title":"Investigación translacional para generar datos a favor de la introducción racional y eficiente de vacunas nuevas en países en vías de desarrollo: La experiencia del Instituto Internacional de Vacunas","authors":"J. Clemens","doi":"10.1159/000173257","DOIUrl":"https://doi.org/10.1159/000173257","url":null,"abstract":"En los últimos años, la introducción de vacunas nuevas en países opulentos ha tenido lugar a un ritmo asombroso. En comparación, se han introducido pocas vacunas de nueva generación en los programas de salud pública para los pobres de los países en vías de desarrollo, y para aquéllos que sí los tienen, la introducción ha sido penosamente lenta. Los recursos financieros limitados han retrasado la introducción. La lentitud también se debe a una escasez de datos necesarios para adoptar decisiones políticas racionales. El apoyo inadecuado para realizar estudios de fase 1 con candidatos vacunales orientados a enfermedades en países en vías de desarrollo es un obstáculo bien conocido. Además, se precisan otros tipos de investigación translacional para generar las pruebas necesarias para establecer una política. Se ha observado que numerosas vacunas actúan con menos eficacia en poblaciones empobrecidas del mundo en fase de desarrollo que en personas que residen en países más opulentos. En consecuencia, los ensayos de fase 2 y fase 3 constituyen un segundo tipo esencial de investigación translacional necesaria para la introducción de vacunas en países en vías de desarrollo. Por otra parte, incluso para las vacunas que obtienen la aprobación a través de ensayos clínicos en países en vías de desarrollo, pueden persistir dudas acerca de si la carga de patología justifica la introducción de la vacuna, si la administración de la vacuna en programas sanitarios será rentable, si la introducción de la vacuna será programáticamente factible y aceptable y si la introducción de la vacuna será financieramente sostenible. Para abordar estas dudas residuales es imprescindible un tercer tipo de investigación translacional. Desde sus comienzos, en 1987, el Instituto Internacional de Vacunas, una organización de investigación y desarrollo internacional sin afán de lucro, ubicada en Seúl, Corea, ha realizado investigación translacional con la introducción de nuevas vacunas para muy diversas enfermedades en 22 países de Asia, África, y América Latina. En este trabajo describimos los proyectos de investigación translacional emprendidos por el Instituto Internacional de Vacunas y las lecciones aprendidas sobre estrategias para incrementar el impacto de la investigación translacional sobre la política vacunal para el mundo en vías de desarrollo.","PeriodicalId":166535,"journal":{"name":"Annales Nestlé (Ed. española)","volume":"44 1","pages":"0"},"PeriodicalIF":0.0,"publicationDate":"2009-01-01","publicationTypes":"Journal Article","fieldsOfStudy":null,"isOpenAccess":false,"openAccessPdf":"","citationCount":null,"resultStr":null,"platform":"Semanticscholar","paperid":"115855222","PeriodicalName":null,"FirstCategoryId":null,"ListUrlMain":null,"RegionNum":0,"RegionCategory":"","ArticlePicture":[],"TitleCN":null,"AbstractTextCN":null,"PMCID":"","EPubDate":null,"PubModel":null,"JCR":null,"JCRName":null,"Score":null,"Total":0}
John K. Iskander, Jane Gidudu, Nelson Arboleda, Wan-Ting Huang
Ejemplos recientes de los principales beneficios en salud pública de la vacunación incluyen reducciones globales de la mortalidad por sarampión y el registro de niveles bajos de enfermedades evitables por vacunas en Estados Unidos. No obstante, los problemas reales o percibidos de seguridad de las vacunas pueden ejercer un impacto adverso sobre los programas de vacunación. La monitorización sólida de la seguridad, posterior a la aprobación, que combina la vigilancia activa y la vigilancia pasiva con el uso de definiciones de casos estandarizados para los efectos adversos es la base científica para evaluar los problemas de seguridad. Entre los aspectos incipientes de la ciencia de seguridad de las vacunas destacan las redes de investigación clínica y la investigación de la comunicación del riesgo de las vacunas. Entre los problemas actuales de seguridad y de gran intensidad destacan la introducción de dos vacunas antirotavirus de segunda generación, las cuales requieren una estrecha monitorización de la invaginación intestinal. Hasta la fecha, los datos de EE.UU. no indican ningún riesgo elevado asociado a la vacuna de Merck aprobada (Rotateq®). Una cuestión de interés global es el empleo de timerosal como agente conservante en viales de vacunas multidosis. Las revisiones independientes exhaustivas, así como la investigación publicada recientemente, han reafirmado la ausencia de asociación entre timerosal y trastornos del desarrollo neurológico, incluyendo el autismo. El uso dilatado de la vacuna antigripal anual y la planificación pandémica en el mundo desarrollado, o en vías de desarrollo, deben incluir planes para la monitorización de la seguridad. A medida que aumenta el número de vacunas recién aprobadas se están identificando cada vez más errores potencialmente evitables en la administración de vacunas e incidentes posteriores a la vacunación, como el sincope. Los médicos de atención primaria y otros que participan en la administración de vacunas deben seguir procedimientos correctos de almacenamiento, manejo y administración de las vacunas y deben participar en los sistemas de notificación de efectos adversos tras la inmunización (EATI). La Brighton Collaboration proporciona otra salida, en la cual pueden participar los médicos e investigadores interesados incrementando la base de conocimientos globales sobre seguridad de las vacunas. El aumento del conocimientos de los sistemas de seguridad de las vacunas y la participación en los mismos, a todos los niveles, de los sistemas de atención sanitaria en ámbitos tanto de países desarrollados como países en vías de desarrollo permitirá a las vacunas mantener su excelente registro de trayectoria de seguridad, dado que los datos de seguridad se utilizan para mejorar los procedimientos de inmunización.
{"title":"Selección de los principales problemas de seguridad de las vacunas","authors":"John K. Iskander, Jane Gidudu, Nelson Arboleda, Wan-Ting Huang","doi":"10.1159/000173258","DOIUrl":"https://doi.org/10.1159/000173258","url":null,"abstract":"Ejemplos recientes de los principales beneficios en salud pública de la vacunación incluyen reducciones globales de la mortalidad por sarampión y el registro de niveles bajos de enfermedades evitables por vacunas en Estados Unidos. No obstante, los problemas reales o percibidos de seguridad de las vacunas pueden ejercer un impacto adverso sobre los programas de vacunación. La monitorización sólida de la seguridad, posterior a la aprobación, que combina la vigilancia activa y la vigilancia pasiva con el uso de definiciones de casos estandarizados para los efectos adversos es la base científica para evaluar los problemas de seguridad. Entre los aspectos incipientes de la ciencia de seguridad de las vacunas destacan las redes de investigación clínica y la investigación de la comunicación del riesgo de las vacunas. Entre los problemas actuales de seguridad y de gran intensidad destacan la introducción de dos vacunas antirotavirus de segunda generación, las cuales requieren una estrecha monitorización de la invaginación intestinal. Hasta la fecha, los datos de EE.UU. no indican ningún riesgo elevado asociado a la vacuna de Merck aprobada (Rotateq®). Una cuestión de interés global es el empleo de timerosal como agente conservante en viales de vacunas multidosis. Las revisiones independientes exhaustivas, así como la investigación publicada recientemente, han reafirmado la ausencia de asociación entre timerosal y trastornos del desarrollo neurológico, incluyendo el autismo. El uso dilatado de la vacuna antigripal anual y la planificación pandémica en el mundo desarrollado, o en vías de desarrollo, deben incluir planes para la monitorización de la seguridad. A medida que aumenta el número de vacunas recién aprobadas se están identificando cada vez más errores potencialmente evitables en la administración de vacunas e incidentes posteriores a la vacunación, como el sincope. Los médicos de atención primaria y otros que participan en la administración de vacunas deben seguir procedimientos correctos de almacenamiento, manejo y administración de las vacunas y deben participar en los sistemas de notificación de efectos adversos tras la inmunización (EATI). La Brighton Collaboration proporciona otra salida, en la cual pueden participar los médicos e investigadores interesados incrementando la base de conocimientos globales sobre seguridad de las vacunas. El aumento del conocimientos de los sistemas de seguridad de las vacunas y la participación en los mismos, a todos los niveles, de los sistemas de atención sanitaria en ámbitos tanto de países desarrollados como países en vías de desarrollo permitirá a las vacunas mantener su excelente registro de trayectoria de seguridad, dado que los datos de seguridad se utilizan para mejorar los procedimientos de inmunización.","PeriodicalId":166535,"journal":{"name":"Annales Nestlé (Ed. española)","volume":"66 1","pages":"0"},"PeriodicalIF":0.0,"publicationDate":"2009-01-01","publicationTypes":"Journal Article","fieldsOfStudy":null,"isOpenAccess":false,"openAccessPdf":"","citationCount":null,"resultStr":null,"platform":"Semanticscholar","paperid":"130207303","PeriodicalName":null,"FirstCategoryId":null,"ListUrlMain":null,"RegionNum":0,"RegionCategory":"","ArticlePicture":[],"TitleCN":null,"AbstractTextCN":null,"PMCID":"","EPubDate":null,"PubModel":null,"JCR":null,"JCRName":null,"Score":null,"Total":0}
La vacunación ha llegado a ser la medida sanitaria más efectiva para el control de las enfermedades infecciosas después de la disponibilidad de agua potable limpia. La historia de la vacunación está marcada por grandes esperanzas y algunas decepciones. En particular, la segunda mitad del siglo XX ha sido testigo del desarrollo de notables proyectos de vacunación. Aunque existe la posibilidad de que la poliomielitis y el sarampión puedan ser erradicados en el curso de unos pocos años, casi tres millones de personas, habitualmente niños menores de 5 años, fallecen cada año por enfermedades que son evitables por medio de vacunas. Los países en vías de desarrollo se están esforzando para obtener las vacunas para niños que las necesitan desesperadamente. No obstante, en Europa y Norteamérica, la población llega a ser descuidada con respecto a las vacunas: ‘Estas enfermedades ya no constituyen una amenaza y la vacuna es más peligrosa que la enfermedad’. Estos conceptos erróneos han causado brotes de sarampión, difteria y tos ferina. La comunidad internacional debe seguir dedicando los recursos, fondos y potencial humano necesarios para aprovechar plenamente la promesa de que las vacunas sustentan el alivio de la miseria humana.
{"title":"El impacto de las vacunas en países con bajos ingresos y países con altos ingresos","authors":"Leif Gothefors","doi":"10.1159/000173255","DOIUrl":"https://doi.org/10.1159/000173255","url":null,"abstract":"La vacunación ha llegado a ser la medida sanitaria más efectiva para el control de las enfermedades infecciosas después de la disponibilidad de agua potable limpia. La historia de la vacunación está marcada por grandes esperanzas y algunas decepciones. En particular, la segunda mitad del siglo XX ha sido testigo del desarrollo de notables proyectos de vacunación. Aunque existe la posibilidad de que la poliomielitis y el sarampión puedan ser erradicados en el curso de unos pocos años, casi tres millones de personas, habitualmente niños menores de 5 años, fallecen cada año por enfermedades que son evitables por medio de vacunas. Los países en vías de desarrollo se están esforzando para obtener las vacunas para niños que las necesitan desesperadamente. No obstante, en Europa y Norteamérica, la población llega a ser descuidada con respecto a las vacunas: ‘Estas enfermedades ya no constituyen una amenaza y la vacuna es más peligrosa que la enfermedad’. Estos conceptos erróneos han causado brotes de sarampión, difteria y tos ferina. La comunidad internacional debe seguir dedicando los recursos, fondos y potencial humano necesarios para aprovechar plenamente la promesa de que las vacunas sustentan el alivio de la miseria humana.","PeriodicalId":166535,"journal":{"name":"Annales Nestlé (Ed. española)","volume":"22 3 1","pages":"0"},"PeriodicalIF":0.0,"publicationDate":"2009-01-01","publicationTypes":"Journal Article","fieldsOfStudy":null,"isOpenAccess":false,"openAccessPdf":"","citationCount":null,"resultStr":null,"platform":"Semanticscholar","paperid":"126250881","PeriodicalName":null,"FirstCategoryId":null,"ListUrlMain":null,"RegionNum":0,"RegionCategory":"","ArticlePicture":[],"TitleCN":null,"AbstractTextCN":null,"PMCID":"","EPubDate":null,"PubModel":null,"JCR":null,"JCRName":null,"Score":null,"Total":0}
D. A. Sack, Firdausi Qadri, Ann-Mari Svennerholm, J. Clemens, John K. Iskander, Jane Gidudu, Nelson Arboleda, Wan-Ting Huang, Leif Gothefors
{"title":"Indice / Declaración sobre la política a seguir","authors":"D. A. Sack, Firdausi Qadri, Ann-Mari Svennerholm, J. Clemens, John K. Iskander, Jane Gidudu, Nelson Arboleda, Wan-Ting Huang, Leif Gothefors","doi":"10.1159/000193331","DOIUrl":"https://doi.org/10.1159/000193331","url":null,"abstract":"","PeriodicalId":166535,"journal":{"name":"Annales Nestlé (Ed. española)","volume":"142 1","pages":"0"},"PeriodicalIF":0.0,"publicationDate":"2009-01-01","publicationTypes":"Journal Article","fieldsOfStudy":null,"isOpenAccess":false,"openAccessPdf":"","citationCount":null,"resultStr":null,"platform":"Semanticscholar","paperid":"130694784","PeriodicalName":null,"FirstCategoryId":null,"ListUrlMain":null,"RegionNum":0,"RegionCategory":"","ArticlePicture":[],"TitleCN":null,"AbstractTextCN":null,"PMCID":"","EPubDate":null,"PubModel":null,"JCR":null,"JCRName":null,"Score":null,"Total":0}