El estreptococo del grupo B (EGB) es un patógeno importante del niño, responsable de infecciones invasivas (bacteriemia y/o meningitis) en los primeros 3 meses de vida, con una incidencia de 0,46/1000 nacidos vivos y una mortalidad que puede llegar al 5% en los países de economía avanzada. Existen diez serotipos, pero cinco serotipos (Ia, Ib, II, III y V) son responsables de más del 95% de las infecciones neonatales. El clon ST17 (serotipo 3) es especialmente virulento y con mucha frecuencia (80%) se observa en las infecciones neonatales tardías, a menudo asociado a meningitis. Se distinguen las infecciones neonatales precoces, que aparecen antes de los 7 días de vida, cuya fisiopatología se basa en la transmisión del EGB a través del líquido amniótico infectado, o en el per partum durante el paso por la vía genital colonizada, de las formas tardías, que se producen después de 7 días de vida y tienen relación con una colonización persistente después del periparto o un contagio horizontal. El papel de la lactancia en esta transmisión horizontal todavía no se ha establecido con claridad. La falta de especificidad de los síntomas precoces, el carácter rápidamente evolutivo y la gravedad de la infección neonatal por EGB han justificado el desarrollo de reglas de decisión clínica para identificar a los recién nacidos con mayor riesgo, para proponer una mayor vigilancia e incluso una exploración biológica y un tratamiento curativo precoz. El tratamiento se basa en la amoxicilina por vía intravenosa, cuya dosis y duración dependen del tipo de infección (de 7 días para las bacteriemias a 28 días para las infecciones osteoarticulares). La profilaxis antibiótica per partum centrada en los factores de riesgo clínicos y la detección por cultivo de la presencia vaginal del EGB al final del embarazo han permitido una disminución de la incidencia de las infecciones precoces. La implementación de una detección por reacción en cadena de la polimerasa en el momento del parto podría disminuir todavía más la incidencia. Las vacunas en curso de desarrollo deberían reducir también la incidencia de las formas precoces y tardías de esta infección grave.